Casi 1 mes ha pasado desde que tuvo lugar la 33º edición de los Premios Goya en Sevilla. ¿Cómo fue el evento? ¿Qué cosas caben destacar de él? ¿Qué hay detrás de lo que han visto los espectadores en la pantalla? A continuación hacemos un repaso de muchos aspectos a destacar que tuvieron lugar antes, durante y después de la gala.

Era solo la segunda vez en 33 años en que la gala se celebraba fuera de Madrid. La ciudad de Sevilla dio una gran acogida al evento adornando sus calles con una multitud de carteles y poniendo a disposición de los coordinadores todos los medios posibles para que se llevara a cabo. Los primeros en llegar (aparte de los organizadores) fueron los periodistas. Personas de numerosos medios, tanto nacionales como internacionales, llegaron a FIBES a recoger sus acreditaciones correspondientes. Una vez en la alfombra, mientras una marea de reporteros iba de acá para allá, tomando notas y gestionando papeles; los fotógrafos y cámaras ponían a punto objetivos, baterías y planos. Todo estaba preparado para la llegada de las estrellas que iluminarían aquel tapiz rojo.

La influencer Dulceida fue una de las primeras en llegar a la alfombra

Se abren las puertas. Comienzan los flashes. Los primeros invitados a la gala hacen su aparición. Tras pasar por los fotógrafos, cámaras de TV, y la famosa cámara lenta de confeti de los Goya, los invitados cierran el recorrido de la alfombra llegando a los redactores de radio y prensa. Varios se atreven a decir cuáles eran sus favoritas a lograr la estatuilla, como la cantante Rozalén la cual explicaba que “se había enamorado de Campeones, en especial porque, al igual que ella, venía de la psicología social”.

Los presentadores del año pasado Ernesto Sevilla y Joaquín Reyes

También actrices como Marta Nieto, que viajará próximamente a los Oscars por la nominación de Madre, el cortometraje que ella protagoniza, declaraba que iba a llevar como amuleto al evento estadounidense los pendientes de su madre. Y todos se agolpaban para escuchar especialmente a algunos de los nominados como Javier Fesser (mejor director por Campeones) que contaba como fórmula del éxito de su película que simplemente había que “relatar las cosas como uno las ve”, y parece que funcionó ya que Campeones fue la que logró la estatuilla a mejor película. Conforme se acercaba la hora cada vez eran más los invitados (y de mayor relevancia, como los nominados aquella noche) que entraban, así como el frenesí de organizadores y periodistas iba en aumento.

Llegó el momento de dar inicio a la gala de los Goya 2019. Invitados y periodistas dividen sus caminos, unos al salón donde tendrá lugar el evento y otros a la correspondiente sala de prensa. Una vez allí, ya eran las 21:30 cuando dio comienzo la gala en las pantallas donde estaban los periodistas, en las casas de los espectadores y en directo para los asistentes que se encontraban dentro. Mediante un vídeo introductorio, con un humor sarcástico e inteligente repleto de referencias cinematográficas, Silvia Abril y Andreu Buenafuente hacían un repaso de todo lo ocurrido en el año 2018 (incluido el tema de Cataluña). Durante la gala cabe destacar la espléndida escenografía, simulando en el escenario un cartel de cine antiguo, quizá como simbolismo y añoranza a los viejos tiempos del cine. Lo que era innegable sin duda fue la gran complicidad que había entre el matrimonio Abril-Buenafuente para presentar la gala, con el desnudo, por ejemplo, de uno (Buenafuente) en forma de sacrificio, amor y empatía por el otro (Abril).

Aunque no todo fue “a pedir de boca”, por ejemplo, con el fracasado intento de un #MeToo sobre el escenario liderado por Silvia Abril. Con él se pretendía dar un toque cómico y al mismo tiempo reivindicar la desigualdad de género que hay en el cine español. La falta de cohesión de las tarjetas que leían las actrices (junto con la longitud de la escena), que eran el objetivo principal de la reivindicación no logro sino confundir a los espectadores y con ello perder fuerza en el mensaje. No obstante este hecho solo fue un “pequeño bache” ya que el resto de la gala en su conjunto dejó buen sabor de boca en el aspecto cómico (personalmente con la referencia al cómico estadounidense Groucho Marx por Buenafuente fue uno de los “puntazos”).

Una vez finalizada la gala y con cada nominado con su correspondiente premio (aunque los sobres “se resistieran” a comunicarnos cuáles eran los resultados) la gala llegó a su fin. Todos los asistentes salieron de la sala, algunos Goya en mano, mezclándose por los distintos pisos del edificio con organizadores, familiares y periodistas para la posterior fiesta de las 2 de la mañana. Con ella se clausuraba la 33º Edición de estos premios Goya y la alfombra se recogía hasta el año que viene, donde nuevas películas y estrellas pondrían sus zapatos y talento. Hasta entonces, solo queda seguir disfrutando del cine español, que es NUESTRO CINE.

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