La victoria de Pablo Casado en el XIX congreso del PP celebrado ayer suscita varias incógnitas en el seno de la formación conservadora. Algunas tienen que ver con las consecuencias más inmediatas de su triunfo: ¿qué será ahora de Sáenz de Santamaría y de todos los que la han apoyado, como Montoro, Báñez, Méndez de Vigo, Alonso, etc? ¿Quién será el secretario general en esta nueva etapa? La incertidumbre es general ante la certeza que muchos tenían de la victoria de la ex vicepresidente. Según fuentes cercanas a la candidatura derrotada, la seguridad en la victoria de Sáenz de Santamaría era tal que su director de campaña, José Luis Ayllón, aseguraba tener amarrados los votos de más del 60% de los 3.082 compromisarios presentes ayer. Y, según esas fuentes, la ex ministra de empleo Fátima Báñez se mostraba muy segura de ser la nueva secretaria general. Ahora, en cambio, suena con fuerza el nombre del ex alcalde de Vitoria Javier Maroto para ocupar ese cargo.

Finalmente los resultados fueron muy otros a los esperados por Ayllón: de los 2.951 votos emitidos (habiendo descontado ya los 18 votos en blanco y los 4 nulos), Casado obtuvo 1.701 frente a los 1.250 de Sáenz de Santamaría. O lo que es lo mismo, el 57,2% frente al 42%. Una victoria más rotunda de lo que muchos esperaban, incluso si en los últimos días de campaña cada vez parecía más probable lo que finalmente ocurrió ayer: que los compromisarios del partido desdijeran a sus bases y optaran por Pablo Casado en vez de por la ganadora de las primarias del pasado día 5.

“¿Y ahora qué?” es la pregunta del día después. Está por ver si los derrotados de ayer tendrán su hueco en el PP de Casado. Desde luego a muchos en el partido les costaba imaginar que éste sea el final de la carrera política de Soraya Sáenz de Santamaría, pero también costaba imaginar que finalmente perdería esta carrera por la sucesión de Rajoy tras su victoria del 5 de julio y así ha sido. ¿Por qué este rechazo final? Probablemente García-Margallo puso el dedo en la llaga cuando, en el momento de depositar su voto, dijo hacerlo “por el candidato del PP, no por la candidata de ZP”.

Sea como sea, lo cierto es que el ganador de la jornada no defraudó las expectativas e hizo un discurso que parecía reivindicar los lejanos tiempos de Aznar. Desde su intención de liderar “la España de los balcones y las banderas”, hasta la frase que más titulares mereció, “Hemos vuelto”, todo pareció un afán claro y explícito de superar el “marianismo”, también llamado “rajoyismo”. ¿Es así? ¿Es ésa la intención de Casado, el retorno a los orígenes, a los 14 años de Aznar antes de los 14 años de Rajoy? ¿Ha ganado por eso? Incógnitas que no tardarán en encontrar respuesta.

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