Recuerdo perfectamente un artículo de un columnista del Washington Post, en el que se definió a Donald Trump como el hijo de la ira tras su victoria en 2016.

Nos hemos superado como españoles. Hemos creado a otro partido ultra, a otra quimera radical en nuestro país. No aprendimos hace 10 años, de las movilizaciones del 15-M con Podemos y sus crepúsculos de ultraizquierda y lo hemos vuelto a lograr, ahora, con la extrema derecha.
Nos hemos unido al selecto club de países, que cuentan con partidos de extrema derecha con representación en parlamentos.
Países, con miembros pata negra de la Alt-Right, como la Francia de M.Le Pen, la Italia de Matteo Salvini, la Holanda de Geert Wilders (el partido que más se asemeja a Vox en cuanto a origen y formas), La Bélgica del Partido del Bloque Flamenco, o la Cataluña de Quim Torra.
Vox nació de las manos de dos personas entre muchas otras.
Santiago Abascal, cachorro del aznarismo, se erigió como cabeza visible del Partido Popular en el País Vasco de los pistoleros de ETA, fue parlamentario Vasco, y junto con el ex ministro Alejo Vidal-Quadras, se decidió a dar un paso del PP y fundar un proyecto propio.
El otro, es Ortega Lara, antiguo funcionario de prisiones, sufrió uno de los secuestros más traumáticos por parte de ETA, que dejaría conmocionada a la sociedad española, y cuya liberación desencadenaría el asesinato de Miguel Ángel Blanco por parte de la banda terrorista.
Durante años(su fundación fue en 2014), este partido había estado fuera de las cámaras, no llegando a conseguir más que algún concejal en algunas localidades de España.
Su salto mediático llegó tras la celebración de un acto en la plaza de toros de Vistalegre(lugar frecuentado en los congresos de Podemos) hace unos meses, cuando de la noche a la mañana todos los medios de comunicación y televisiones de España activaron la maquinaria informativa y nos tuvieron con Vox unos cuantos días.
Pero ayer llegó el día. La candidata del PSOE a la Junta,Susana Díaz , se pasó toda la Campaña electoral ironizando y dando estaca con Vox. Ayer en la noche electoral, su cara era de todo menos felicidad.
Los partidos políticos habían estado agitando y haciendo publicidad gratuita de Vox día tras día, y hoy hemos podido oír a numerosos políticos continuar haciendo llamamientos y soflamas, sacados de los discursos más incendiarios de la Segunda República.
Como Alternativa por Alemania, ayer hizo aparición por el primer parlamento regional, y los próximos meses serán una agonía hasta la celebración de las elecciones locales y autonómicas, además de generales( si el señor presidente hace a bien convocarlas), estaremos esperando el día en que gracias a muchos, la extrema derecha vuelva a las Cortes de este Reino, 40 años después de que las pisara Blas Piñar.
En fin, no aprendemos, esto es España.

 

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