Google, indiscutiblemente, es el motor de búsqueda más utilizado, incluso para algunos es impensable realizar una búsqueda sin dicha herramienta.

En China la realidad en Internet es otra.

Allá por el año 2010, Google cesó su servicio en el país, debido a los “esfuerzos” del gobierno chino por limitar la libertad de expresión, bloquear sitios web y piratear los sistemas informáticos de Google. Ocho años después, todo apunta a que Google quiere retornar a dicho país.

Desde hace ya unos meses se escuchan rumores sobre un proyecto secreto de Google para lanzar un motor de búsqueda en China, Dragonfly. Incluso, hace unos días, el CEO de la compañía, Sundar Pichai, admitió a los empleados durante una reunión que el proyecto Dragonfly había estado “en una etapa de exploración desde hace bastante tiempo”. Pichai enfatizó su creencia de que Google debería regresar a China, pero afirmó que la compañía “no estaba cerca de lanzar un producto de búsqueda en China”. Dichas declaraciones del CEO, ocasionaron una lluvia de críticas por parte de los empleados, principalmente por mantener en secreto dicho proyecto.

La polémica no se detiene ahí, si no que los empleados de la compañía fueron más allá y se han mostrado reacios a participar en el proyecto Dragonfly, no solo por el oscurantismo de Google en dar detalles sobre el proyecto, si no que no quieren participar en un proyecto censurado y limitado por el gobierno chino.

De hecho, en una carta que fue obtenida por The New York Times, alrededor de 1.400 empleados explican que el proyecto y la aparente disposición de Google a cumplir con los requisitos de censura de China “plantean problemas morales y éticos urgentes”. A esto añadieron: “Actualmente no tenemos la información requerida para tomar decisiones éticamente informadas sobre nuestro trabajo, nuestros proyectos y nuestro empleo”.

Cerca de 1.000 empleados de Google han firmado una carta protestando el esfuerzo de la empresa por crear un motor de búsqueda censurado para su uso en China, diciendo que plantea “urgentes problemas morales y éticos“.

A los impedimentos de Google por surcar la Internet China, se suman los recientes problemas comerciales entre China y EEUU, lo que dibuja un panorama que no es del todo favorable para la compañía subsidiaria de la multinacional estadounidense Alphabet.

Todo un culebrón que nos tiene expectantes. Tendremos que esperar y ver el desenlace de la “operación Dragonfly”. De momento podemos podemos plantear nuestras dudas: ¿Se podrá resistir Google a las oportunidades en el mercado de internet más grande del mundo? ¿Cederá Google a las peticiones de censura de China? O por el contrario, ¿se abrirá China al mundo dejando participar a Google en su país? 

 

 

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