A día de hoy Pablo Casado es el favorito en la sucesión popular, por lo menos si escuchamos los recientes datos de avales a la presidencia: el joven ha entregado 5000 avales, siendo el mínimo 100. Y como sucedió con las primarias socialistas esto sólo puede interpretarse como una señal de poder y apoyo interno. Si bien las tornas pueden cambiar y el castellano-leonés puede caer seducido -aunque se ha manifestado en contra- en los brazos sorayistas o cospedalistas para forjar una candidatura unitaria, a día de hoy y con sus apoyos y manifestaciones esta opción se desinfla. La opción del joven gana peso conforme pasan las horas, aunque nada es previsible: Javier Arenas parece estar a punto de alinearse a su lado y las bases del partido parecen estar encantándose con el chico de la calle, que ha comenzado por Castilla-León.
Mientras tanto, Dolores de Cospedal se ha ganado el apoyo de Dolors Monserrat, exministra de Sanidad, y ha arribado segunda en la competición, si bien con un margen respecto al primero, Casado, nada desdeñable. Y la ex vicepresidente Soraya recolecta apoyos de exministros, como Fátima Báñez, exministra de Empleo, o De La Serna, exministro de Fomento, aunque oculta -quién sabe por qué- el número de afiliados que ha conseguido. Parece que la septena se está constriñendo, y que Margallo, García Hernández, Bayo y Cabañes se ponen de perfil en las primeras quinielas. Es pronto, sin embargo.