Bueno, me desplazo al área de deportes para narrar la crónica de este partido. Encuentro en el que vimos a una Costa Rica constantemente dubitativa frente a una Serbia que no dio pie a cuestionamiento alguno. El partido comenzó suave, con dos equipos que midieron al rival pero que mostraron sus intenciones tan pronto como pudieron. Serbia, resuelta a la contra; Costa Rica, a tener el balón, controlar la posesión y a buscar los centros al área. El mayor error de los “ticos” se dio en el minuto 22, cuando, en una jugada donde no había nada que sacar, Calvo fue con los tacos por delante, arrollando al defensa serbio y llevándose una amonestación que le condicionó el resto del partido.
Serbia puso en marcha un juego muy vertical, buscando salir en velocidad con Tadic y Ljajic, que por las bandas canalizaron y condujeron con una rapidez abismal hasta el área tica, pero encontrándose con un gran Keylor que paró cuanto pudo y más, incluyendo una chilena de Mitrovic que fue anulada por fuera de juego (inexistente) y que de haber entrado en la red se hubiese dado por válido. Increíble también la actuación de Milinkovic-Savic haciendo de mediapunta y dando balones a Mitrovic.
Que no entraron. Hasta el minuto 56, cuando, entrados en el segundo tiempo, Guzmán hace falta a 25 metros de la línea de gol, y llegó la vieja guardia, el maestro, el capitán, faltan calificativos para este zurdo imponente de apellido Kolarov. Se miraban él y Mitrovic, y ambos sabían que el “capi” no la iba a dejar pasar. Y así fue. Y vaya. Pero incredibilidad en el estadio, en las familias que veían desde casa el encuentro. La enchufó a media altura, por encima de la barrera, pegada al palo izquierdo de Keylor. Y el guardameta del Real Madrid no pudo hacer más que tratar de estirarse cuanto las leyes físicas le permitían y certificar el tanto. Un golazo. De señor. Para la Serbia que llevaba desde Sudáfrica sin ver un Mundial. Para certificar que la selección que pasó invicta al Mundial, después de 10 partidos en el mismo grupo que la Gales de Gareth Bale, es candidata a llegar a los octavos de final.
Porque después de ese gol, Costa Rica intentó remontar, pero su solidez a la hora de impedir las contras de Serbia siguió igual, imposible. Dudas hasta en los pases a Keylor, que más de una vez hubo de correr para impedir un córner estúpido. Serbia, en defensa, dura pero segura. E insistían los ticos en meter balones al área, pero ningún remate que entrase. Entró al campo Bolaños para arreglar el partido, y Ureña rotó por Campbell, que, a ese sí, no hay duda alguna de que se dejó cuanto tuvo para intentar marcar un gol para los suyos. Y corrió y corrió. Daba gusto verlo, peleando hasta el último balón. Entramos en los últimos 10 minutos, y al árbitro senegalés se le descontroló el partido. Sobre todo el añadido. Se añadieron 5 que acabaron siendo 8. Ni Keylor entendía nada. Especialmente polémica, la jugada en la que Prijovic le soltó la mano a Acosta cuando intentaba sacar en velocidad el balón. Y con suerte sólo se llevó la amarilla, después de una agresión que bien podría haberle costado la roja. Y prácticamente en esa jugada acabó el partido, un resultado justo en el que venció por la mínima Serbia. 0-1 para los balcánicos.