Había muchas ganas de ver la tercera entrega del mítico asesino, ya que había una promesa implícita de más sangre, violencia y acción desenfrenada. Y vaya si se ha cumplido dicha promesa, ya que estamos ante una festival cargado de momentos impagables y sin pudor alguno, que hará las delicias de los amantes del género y de las dos anteriores partes.
En su momento ya os hablé de la primera entrega (aquí), y de la segunda (aquí), pero puedo volver a confirmar, sin error alguno, que estamos ante dos estupendas cintas de acción que merecen cada elogio recibido. La primera película pasó algo desapercibida al principio, pero enseguida se convirtió en una “cult movie”, y la segunda entrega cosechó un mayor éxito crítico, público y de taquilla, dejando claro que estábamos ante una saga a tener en cuenta.
Se ha repetido la jugada con esta nueva entrega, que parecía que iba a finalizar la saga (ya os adelanto que no es así, y no es “spoiler”, porque a los días de su estreno USA, se confirmó una cuarta entrega), y que ha vuelto a contentar a la crítica, además de ser un rotundo éxito económico, superando a sus antecesoras. Y es que el mito va creciendo cada vez más…
Se puede confirmar, sin miedo a equívoco, que estamos ante una saga que es ya leyenda del cine de acción, y que ha supuesto un antes y un después en dicho género. Pero ahora toca hablar de esta tercera entrega, para comprobar si está a la altura de las circunstancias o han fallado en sus pretensiones. Una cosa es segura… es más burra que cualquiera de las dos anteriores, pero de lejos.
La dirección vuelve a ser cortesía de Chad Stahelski, responsable de las tres partes, y que cada vez se supera, ya que, si la primera entrega supuso un soplo de aire fresco, y la segunda consiguió superarse, aquí ya no hay límites, y se ha apostado por la acción y la violencia sin concesiones.
De hecho, en esta nueva entrega hay mucha acción, quizás demasiada, haciendo que se pierda algo de la elegancia y tranquilidad de las dos anteriores, siendo uno de los pocos peros que se le puede sacar a la cinta, porque prácticamente no hay respiro para el espectador en los 130 minutos de su visionado, lo cual es bueno, pero como ya digo, mucha gente saldrá saturada.
No obstante, la dirección es magistral. Ojalá todas las cintas de acción recientes tuviesen esta inventiva y saber hacer, porque la película es impresionante de principio a fin y tiene unas “set pieces” que ya son historia del cine. Sin más.
En cuanto al guion, creo que es la parte más endeble del largometraje, ya que, en su apuesta por la acción sin límites, se renuncia a la historia, y hay algunas incongruencias que restan al conjunto final, pero no desmerecen a la trilogía. Podría haber sido un poco mejor y quizás hay alguna parte un tanto desaprovechada o innecesaria (como la del desierto), pero tampoco nada demasiado escandaloso.
En cuanto al reparto, tenemos a un Keanu Reeves, que vuelve a hacer el papel suyo, y que seguro que recibe críticas por tener casi siempre la misma cara, pero es que es su mejor papel, y sin articular palabra, ya rebosa carisma. Fabuloso, no me imagino a otro actor en ese papel (y mira que he sido detractor del bueno de Reeves durante años…).
Luego tenemos a intérpretes que repiten, como los sobresalientes y estupendos Ian McShane (un icono de la saga) o Laurence Fishburne, que aportan carisma y elegancia, como es habitual en ellos. Impagables. Por otro lado, se agradecen las nuevas incorporaciones, como unas convincentes Anjelica Huston o Halle Berry, o un Mark Dacascos pasándoselo en grande.
En cuanto a otros elementos como la música, el montaje, los efectos… funcionan a la perfección, y se nota el esfuerzo y mimo de sus responsables.
En conclusión, no me atrevería a decir que es la mejor de la saga, pero desde luego está a la altura de sus predecesoras, en una trilogía de acción fascinante y única, y que todavía tiene más que ofrecernos. Si el resultado es el mismo, adelante, porque esta nueva entrega supone un festín sin complejos que los amantes del género disfrutarán como nunca. Esperamos verle pronto, señor Wick, el cine de acción (como Dios manda) le necesitaba. Imprescindible.