Desde hace tres siglos, el Teredo navalis, conocido como gusano de barco, ha sido una plaga marítima devoradora de madera, dejando su huella destructiva en barcos, muelles y pilotes submarinos. Sin embargo, científicos de la Universidad de Cambridge han transformado este problema en una solución inesperada: un superalimento llamado “almejas desnudas”. Estos gusanos, ahora criados en acuicultura, se revelan como una fuente rica en vitamina B12 y ácidos grasos omega-3, ofreciendo una alternativa nutricional sostenible.

Investigadores, encabezados por el Dr. David Willer, han desarrollado un sistema de cría de almejas desnudas utilizando madera que de otro modo sería desechada, promoviendo la sostenibilidad. Estos gusanos, carentes de caparazón, alcanzan 30 centímetros en seis meses, superando en velocidad de crecimiento a otros bivalvos. A través de este enfoque innovador, los científicos buscan proporcionar una solución alimentaria alternativa y respetuosa con el medio ambiente.

El Teredo navalis, originario de mares y océanos templados y tropicales, ha sido históricamente un desafío para la navegación y la infraestructura marítima. Aunque se han intentado diversos tratamientos para combatir su presencia, estos gusanos siempre han regresado, desafiando los esfuerzos por erradicarlos. Ahora, su crianza controlada se presenta como una oportunidad para convertirlos en una fuente de alimento valiosa y sostenible.

Los expertos destacan que este enfoque no solo ofrece una alternativa alimentaria sino que también aborda los problemas asociados con la calidad del agua y la seguridad alimentaria. Además, al poder cultivarse en entornos urbanos, lejos del mar, se abre la posibilidad de una producción más accesible y eficiente.

El Dr. Reuben Shipway de la Universidad de Plymouth, coautor del informe, subraya la necesidad urgente de fuentes de alimentación alternativas que proporcionen nutrientes esenciales sin los costos ambientales asociados con la carne y el pescado tradicionales. La adaptación de estos gusanos de barco como “almejas desnudas” podría ser una solución sostenible para reducir la huella de carbono y ofrecer opciones en la industria alimentaria.

Cabe destacar que, aunque la idea de consumir estos gusanos puede parecer inusual, en Filipinas, donde se han comido tradicionalmente crudos, rebozados o fritos, la aceptación culinaria de estos organismos marinos ya está establecida. En última instancia, la decisión de convertir una plaga en una fuente alimentaria dependerá de la disposición de los comensales a adoptar esta práctica, siguiendo el lema de Oscar Wilde: “Tengo gustos simples. Me satisfago con lo mejor”.

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