Hace un año (más o menos), por sorpresa, se anunció esta suerte de nueva entrega/spin-off de la popular saga de ciencia-ficción y humor, “Men in Black”. Como ya os comenté en mi artículo sobre la trilogía original (aquí), la saga es tan irregular como entrañable, y sinceramente, creo que tuvo un cierre estupendo en la tercera entrega (que por cierto, me parece la mejor de todas).

Parece ser que a la productora le parecía buena idea cambiar a los protagonistas y proponer una nueva historia, esta vez por Europa y otros lugares del mundo. Pues bien, creo que eran los únicos que veían potencial en algo así, ya que la crítica la ha machacado sin piedad (incluso más que a la segunda parte, que ya es decir) y ya se ha confirmado como un rotundo fracaso, aunque seguramente podrá recuperar lo invertido, gracias a su reducido presupuesto de 110 millones… ahí sí han sido listos, mira tú por donde.

La verdad, es que es una lástima que no se llegase a dar luz verde al crossover que juntaba a los protagonistas de “Infiltrados en clase  (21 y 22 Jump Street)” con los hombres de negro. Creo que esa idea sí hubiese tenido sentido, por alocada y divertida, pero al final nos hemos tenido que conformar con un producto vacío y sin garra, porque eso es lo que es esta película… y mira que se veía venir.

La dirección de F. Gary Gray (Fast & Furious 8) es bastante floja, y no hay ninguna escena o momento que destaque, siendo, cualquiera de la trilogía original, muy superior. Y hablamos de películas de hace dos décadas… Tampoco el clímax está a la altura, y no hay nada que sorprenda, ya que, hasta los efectos especiales, son de hace años y se nota el recorte presupuestario (que de nuevo, me parece inteligente haber invertido poco en una idea así…). Y por cierto, casi todo lo destacable (por llamarlo de alguna forma), está en los trailers… si es que son…

El guion no tiene garra ni tiene gracia (aunque lo intenta), y sus dos protagonistas no están a la altura (ni de lejos) de los originales, así como los secundarios. La película te deja frío y con la sensación de haber visto algo sin originalidad y ya visionado. Y la trama… más predecible no puede ser, sinceramente.

Por cierto, que nadie espere al perro Frank, que veo que aparece en algunos posters. Hace un cameo. Lo aviso para que nadie se lleve las manos a la cabeza. No obstante, introducen un personaje secundario con algo de gracia y que aporta los únicos momentos divertidos de la cinta (dos, siendo generoso). Algo es algo.

En cuanto al reparto, Chris Hemsworth y Tessa Thompson hacen lo que pueden con los personajes que les han dado. El primero repite su papel en “Thor: Ragnarok”, con algunos toques del remake de “Cazafantasmas”, y es cierto que se le da bien la comedia, pero no es de sus mejores interpretaciones, y le falta algo.

En cuanto a Thompson, le han dado un papel serio y nada divertido, dando el equivocado mensaje (y visto en tantas películas) de que las mujeres no saben divertirse ni pueden ser gamberras. Es curioso, porque la película lanza un par de dardos feministas y se cuelga la medalla, cuando podrían haber perfilado mejor este personaje, en vez de hacerla tan estirada y sin gracia. Y es que para Hollywood, el feminismo es una moda, y lo van a explotar por quedar bien, como sucede con tantos proyectos (hola, Capitana Marvel). La actriz está mucho mejor en “Thor: Ragnarok”, eso seguro.

En cuanto a los secundarios, Liam Neeson tiene cara de querer coger el cheque e irse cuanto antes, en una interpretación carente de carisma (algo impropio de él), Emma Thompson es casi un cameo y Rebecca Fergurson tampoco aporta demasiado.

Y es sangrante ver la carencia de un villano en casi todo el metraje. Es cierto que uno de los puntos débiles de la trilogía original eran los villanos, ya que no estaban a la altura, en ningún caso, pero es que aquí ni se molestan en presentar a alguien amenazante o divertido.

En conclusión, como se preveía, estamos ante un producto innecesario y sin gracia, que se olvida tan rápido como se ve, y que no tiene razón de ser. Era mejor cerrar la trilogía, que no aventurarse en experimentos extraños que nadie pedía (y ya van unos cuantos este año…). Es obvio que estamos ante el final de los hombres de negro, y creo que ya tuvieron su tiempo, aunque no le haría ascos al mencionado crossover.

¿Es un bodrio? No, pero tampoco una buena película, y le falta mala baba, buenos momentos, una mejor pareja protagonista, unos mejores efectos especiales y humor (sobre todo esto último). Al final se ha confirmado lo que nos temíamos: otro producto que quería hacer mucho ruido, pero que habremos olvidado en unos meses. Adiós, MIB.

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