En 1998 se estrenó una de las películas más odiadas en su momento, que no es otra que la primera versión (americana) del popular monstruo japonés, “Godzilla”. La película fue vapuleada hasta el extremo, y hoy pocos la recuerdan. Si se me pregunta, os diré que soy consciente de lo boba que era (y es), pero es que era un producto que solo buscaba entretener, y que, a pesar de su mediocre guion (y algunas actuaciones más que lamentables), se dejaba ver, si se visionaba sin prejuicios, como es mi caso. Qué queréis que os diga… es una de las películas de mi infancia…

El caso es que en 2014, se quiso hacer una nueva versión del popular lagarto, y lo que Hollywood nos trajo fue una película demasiado dramática, que se tomaba muy en serio a sí misma y que se olvidaba tan rápido como se acababa. De hecho, poco recuerdo de ella. El espectáculo era mínimo, y era aburrida como ella sola, siendo un blockbuster totalmente fallido y prescindible.

Pero fue un éxito, y cinco años después nos traen otra secuela (que yo de verdad, no sé quién pide estas cosas…), con otro reparto (aunque unos pocos repiten…), otro director y otros guionistas. Y si bien estamos ante una secuela superior a la original, ya que se toma menos en serio a sí misma, también acaba resultando más estúpida (y no es consciente de ello, al contrario que la de 1998), y resulta ser, en su conjunto, igual de olvidable.

Se agradece la dirección de la cinta, ya que, desde la media hora tenemos acción y peleas de monstruos (que perdonadme, pero es por lo que la gente paga la entrada, que los dramas de Oscar son en unos meses…), y el ritmo no decae en casi toda la cinta, aunque no hay nada innovador (ni siquiera sus efectivos efectos especiales, aunque son los mismos que hace cinco años…) y todo se visualiza con desidia, porque hoy en día es muy difícil sorprender al espectador, y menos al curtido.

El guion es una bobada, con unos personajes a cada cual más ridículo, predecible como él solo, y que queda muy por debajo de los aspectos técnicos de la cinta. Sin embargo, aunque hay drama, se agradece que todo sea un poco menos intenso y más absurdo, aunque dudo que esa sea la intención de los responsables. Una cosa es seguro… hay varios personajes que mueren, y nos importa un pimiento. Por lo tanto, el factor humano de la cinta (y como suele ocurrir en producciones de este estilo), vuelve a fallar estrepitosamente.

Qué decir del reparto… Hay muchos rostros conocidos, algunos muy desaprovechados y hacen lo que pueden con los papeles que les ha tocado, pero la mayoría se queda en tierra de nadie. Y por Dios, ahí tenemos a Charles Dance haciendo de… villano. Creo que si este buen hombre no hace de malo de la película, se genera un agujero negro en la Galaxia y se destruyen planetas… pero bueno, se le suele dar bien, aunque aquí es solo una comparsa.

Quizás, el mejor del reparto sea el propio Godzilla, que al menos se queda callado, por miedo a no hacer el ridículo (como el resto de sus compañeros). Algo es algo.

En conclusión, estamos ante una secuela superior a la de 2014, pero igual de olvidable, ya que es mediocre en muchos aspectos y no aporta nada al panorama actual. La verdad es que no hay muchas ganas de ver la anunciada “Godzilla vs Kong” (que la película de este último si funcionaba y era más que correcta), pero veremos qué sale de ese combate.

Respecto a la que nos ocupa, totalmente prescindible. Era de esperar.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.