Stranger Things es una serie que hace un par de años sorprendió a propios y extraños, ya que llegó sin hacer mucho ruido y se ha convertido, con tan solo dos temporadas, en un icono popular (aunque sea un homenaje a los 80) y una de esas series que tienes que ver sí o sí, porque todo el mundo lo hace. Destacar que yo la empecé en su estreno.

Hace poco os subí mi opinión extendida de las primeras temporadas de la serie en este artículo. Pero resumiendo, la primera temporada me pareció entretenida y una simpática sorpresa (pero no la maravilla que se comentó), y la segunda temporada me pareció igual de entretenida, pero inferior, debido a algunos errores (como ese episodio de relleno, al que, por cierto, no se le hace mención alguna en esta nueva temporada…relleno del malo).

Pues bien, dos años después de esa segunda temporada, nos llega la tercera, la cual sucede en verano, concretamente, el 4 de Julio de Estados Unidos (día de la Independencia en dicho país). Recordar que la segunda temporada sucedió en Halloween, y supo aportar elementos más que divertidos aprovechando esa festividad (como los Cazafantasmas).

También conviene destacar que de la primera temporada a la segunda pasó un año, y entre esta y la tercera han pasado dos, es decir, más tiempo y calma para hacer las cosas bien (o mejor). Y vaya si se nota.

Y es que estamos (lo digo ya) ante la mejor temporada de la serie (para quien esto escribe, por supuesto), sin más. Los Duffer Brothers (creadores de la serie) han hecho los deberes, y nos han regalado un espectáculo veraniego de primer orden, endiabladamente entretenido, con apenas errores, y que no decepciona en absoluto, es más, supera todas las expectativas.

Sería el equivalente a un blockbuster palomitero plagado de referencias y buenos momentos. Un triunfo fascinante y digno de aplauso, que marca el camino a seguir, ya que antes del estreno de dicha tercera temporada estábamos hablando de una serie lograda y recomendable, pero que no estaba entre las mejores, y después de esta nueva entrega estamos ante una de las mejores series del panorama actual. Pero vayamos por partes.

Se nota la mejoría en la dirección de la serie, sobre todo en el aumento de recursos (debido, evidentemente, a un mayor presupuesto), y es que esta tercera entrega cumple la máxima de las secuelas: más y mejor. Cierto es que los primeros episodios se cuecen a fuego lento, y seguro que hay muchos espectadores que pierden la paciencia, porque se apuesta más por la comedia y el romance, pero luego se acelera y ya no se suelta el pedal, en unos últimos capítulos impresionantes, que no dan respiro, y con un capítulo final excelente y que no tiene nada que envidiar a ninguna película de Hollywood de gran presupuesto.

Es cierto que algunos efectos especiales, aunque jamás mediocres, no están a la altura de las circunstancias (y sí, me refiero a los monstruos), pero no desmerece al conjunto, y las escenas de acción son increíbles, cargadas de tensión y (en algunos casos) terror.

Por lo tanto, técnicamente (decorados, como ese perfecto centro comercial; vestuario; escenas…) la temporada es impecable, y se nota que han puesto todos los esfuerzos por ofrecer algo a la altura de las expectativas (la serie ya es famosa en todo el mundo). Me ha dado la sensación de ver un espectáculo bestial, cargado de buenos momentos, y eso en una serie es oro puro.

Respecto al guion, como ya he indicado, en los primeros episodios se apuesta más por el humor y los romances. Por mi parte, nada que objetar, ya que los personajes son geniales (no todos), y disfrutamos con sus aventuras, independientemente de si hay monstruo o no.

Y creo que es un acierto aportar mucho más humor a la propuesta, ya que las dos primeras temporadas lo tenían, pero pecaban de demasiado dramatismo y tomarse en serio a sí mismas, cosa que esta no hace, con personajes que se desmelenan (como el de Hooper, siendo todo un acierto), y con momentos divertidos más que logrados.

Los nuevos personajes funcionan (Robin es genial, aunque quizás el alcade Kline se quede un poco en tierra de nadie), se da más minutos a secundarios de anteriores temporadas (Erika es un descubrimiento, y se ha ganado un puesto en la serie por derecho propio, así como el estupendo Murray, o Billy, al cual han sabido darle un giro interesante), y los de siempre están igual de geniales, aunque con algunas excepciones.

Por ejemplo (y esta es mi opinión), Jonathan y Nancy dan mucha pereza (ya que son los personajes menos interesantes de la serie), y se nota que los responsables no saben muy bien qué hacer con ellos (cosa que también ocurre con el pobre Will, ya que se inventan un recurso un tanto cogido con pinzas para darle alguna utilidad), al proporcionarles una trama que enseguida se resuelve y que no aporta nada a la temporada, dejando patente que ambos son secundarios eclipsados por otros personajes (muy superiores) como Steve o Billy, por ejemplo.

Por otro lado, Hooper está en estado de gracia y muy divertido (gracias al acertado humor que le aportan al personaje y su trama), Once gana en personalidad (ahora habla más… por fin) y sus momentos son fabulosos; Steve y Dustin (y Robin y Erika), forman un equipo perfecto, y tienen una de las mejores tramas de la temporada; el resto de personajes (sin los mencionados Nancy, Jonathan o Will, con una revelación interesante pero que no se sabe explotar correctamente) siguen en su línea de carisma y grandes momentos (a destacar Lukas, que en cada temporada está mejor).

Son personajes entrañables y a los que ya hemos cogido cariño, y que funcionan a la perfección entre todos ellos. Quizás es criticable que muchos personajes no se vean hasta los últimos episodios (como Dustin con el resto de sus amigos), y haya muchas tramas dispersas, pero todo confluye de forma efectiva y satisfactoria al final.

Se nota que esta vez se han esmerado más con el guion (sin apenas relleno), y que han sabido darle su momento a (casi) todos los personajes, que no son pocos, teniendo todo sentido y con una trama, que quizás peque de predecible (ya que la sorpresa no es la misma que en la primera temporada, donde aún no se sabía de qué iba la cosa), pero que está muy bien llevada y no deja apenas cabos sueltos.

También se agradecen la multitud de referencias a clásicos y canciones de los 80, que obviamente, no voy a desvelar, para que se descubra por uno mismo, pero hay un momento en el último episodio que es divertidísimo y pura nostalgia.

Y bueno, qué decir del reparto. Todos están fabulosos, con una gran entrega a unos personajes agradecidos y que son una joya, y ellos lo saben. Un casting fabuloso, ya sean los personajes de siempre o los nuevos (o con más minutos).

En conclusión, estamos ante una temporada magistral y donde pasa de todo, que cumple a la perfección con su objetivo de ofrecer un gran espectáculo veraniego y que da más y mejor (algo que falló en la anterior entrega).

Los responsables de la serie ya han confirmado una cuarta temporada, que espero que sea la última y con los mismos resultados que esta (aunque mucho me temo que será imposible), dejando una serie redonda, entretenida y muy recomendable. De momento, gracias por esta refrescante aventura que nada tiene que envidiar a ningún revienta taquillas del verano. No os la podéis perder.

P.D: Atención a la escena post-créditos, por los despistados.

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