No sabía nada de este proyecto, hasta que he leído un par de críticas, y me ha despertado la curiosidad lo extraño de la propuesta, en una mezcla de terror, crítica social y humor negro. Cuesta decir que no a algo así, la verdad.
Se trata de otra película exclusiva de Netflix, en esta ocasión de la mano del director y guionista de “Nightcrawler”, que me pareció una película interesante, pero tampoco esa maravilla que muchos dicen, y que estaba protagonizada por Jake Gyllenhaal y Rene Russo. Ambos repiten como protagonistas en esta nueva propuesta, que ya os adelanto, no tiene nada que ver con el mencionado y aplaudido anterior trabajo del director.
Pues bien, he visto la película, y me ha dejado un tanto indiferente, y eso es bastante negativo en una película que se supone que debe despertar algo en el espectador, porque mezclar crítica al arte moderno, terror y “comedia” (lo pongo entre comillas porque, para mí, esto brilla por su ausencia en el film), es un cóctel que no puede pasar desapercibido y debe decirte algo.
Es uno de esos proyectos creados para molestar o encantar al espectador, en plan “la amas o la odias”, pero yo me he quedado en término medio, con la impresión final de que es una película interesante y original, pero totalmente fallida.
La dirección de Dan Gilroy navega entre lo convencional (casi toda la película, con una especie de formato televisivo, al menos esa ha sido mi impresión) y lo logrado, que es, todas las escenas de terror, por decirlo de alguna forma. Hay instantes muy interesantes, que juegan con el arte como asesino implacable. Por ahí bien.
En cuanto al guion, uno no sabe muy bien qué se pretende transmitir, y la película juguetea con varios géneros, empezando con la comedia negra y la sátira, en una clara crítica (más que acertada) al arte moderno, con diálogos sobre ese mundo, para cambiar de registro( y casi sin previo aviso), al del terror y el thriller, mucho más interesante (aunque no tan original), en una suerte de híbrido extraño, como si dos películas conviviesen en una sola, y hubiese escenas por aquí y por allá que no tienen sentido entre sí.
Mención aparte merece el personaje de John Malkovich, ya que se desaprovecha totalmente al actor (apenas sale), y su personaje no aporta absolutamente nada, a no ser que sea una interpretación convincente del actor. Para esto no le uses, sinceramente.
Por lo tanto, se podría decir, sin miedo a equívoco, que el guion es bastante caótico y está mal ejecutado, fallando en sus propósitos y con demasiados personajes (y con muy pocos interesantes).
Luego tenemos al reparto, con rostros conocidos como un convincente Jake Gyllenhaal (con el personaje más logrado de la cinta, con su evolución y sus matices), una correcta Rene Russo (actriz que siempre aporta estilo a las películas en las que participa), o una Toni Collette también muy desaprovechada, al igual que Malkovich.
En conclusión, estamos ante un experimento extraño y original (por la combinación de géneros), pero fallido, al fin y al cabo. No creo que sea una mala película, ya que nunca llega a aburrir, aunque se haga un poco larga (y eso que no llega a las dos horas), pero tampoco se la recomendaría a nadie. Se agradece la intención de ofrecer algo nuevo, pero creo que habría quedado mucho mejor como un episodio de 40 minutos de “Historias de la Cripta” o “Expediente X”, o como comedia satírica sobre el mundo del arte. Las dos cosas no.
