Hace tres años se estrenó “Angry Birds”, adaptación del popular videojuego (al que, por cierto, nunca he jugado) y que supuso un notable éxito de taquilla y una grata sorpresa, al menos para un servidor, ya que me encontré ante una simpática cinta de animación, que cumplía su cometido de entretener y hacer reír.

Pues bien, se ha estrenado esta secuela, siendo un sonoro fracaso de taquilla (no ha recaudado ni la mitad de su predecesora, y es que este año está siendo lamentable para las segundas partes) a pesar de las favorables críticas.

Una vez vista, puedo confirmar que se trata de un producto para pasar el rato, sin más, pero también de una secuela inferior y fallida, que se queda bastante por detrás de lo logrado por su antecesora. A destacar el tema de las críticas profesionales, que machacaron a la primera entrega, mucho más lograda, y han aplaudido esta, menor a todas luces. Cosas que pasan, supongo.

La animación vuelve a ser tan simple como efectiva, aunque cuesta creer que se hayan gastado 65 millones de dólares, la verdad. En cuanto a la historia, tienen momentos hilarantes y divertidos, algunos bastante logrados, pero hay demasiados personajes y todo resulta un poco caótico, quedándose la película en tierra de nadie y cumpliendo su función de pasatiempo pasajero, pero que se olvida enseguida.

No obstante, algunos personajes nuevos (y femeninos, porque se ve que les han dado un toque respecto a la primera parte, donde éstos brillaban por su ausencia) funcionan (más la hermana de uno de los protagonistas que no la villana) y es curiosa y simpática la alianza entre los entrañables personajes, enfrentados en la anterior entrega.

Por otro lado, se abusa de las canciones populares en demasiados momentos, y lo que al principio tiene gracia, acaba quedando como un recurso desesperado por dotar al producto de más gracia y simpatía, cuando en el último tramo se consigue todo lo contrario.

En conclusión, no creo que estemos ante una mediocridad, pero sí ante una secuela menor, que seguramente quede relegada al olvido en poco tiempo, y que, si se puede destacar por algo, es por algunos momentos logrados y por lo entretenida que resulta, pero poco más. Para pasar el rato con los pequeños de la casa es más que válida y puede que los padres se rían más que ellos en algunas escenas, pero jamás se logra la sorpresa y efectividad de la primera entrega. Que nadie espere una tercera parte (como no sea directa al videoclub…). Un placer, Angry Birds.

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