En el año 2000, se estrenaba una película que muchos esperaban con los cuchillos afilados y que se vaticinaba como un rotundo fracaso. Al final fue un éxito de taquilla (y puso de moda las adaptaciones de cómic, le pese a quien le pese) y fue aplaudida por propios y extraños. Esa película era “X-Men”, que por cierto, siempre guardaré en mi corazón al ser una de las películas de mi infancia/adolescencia.
Han pasado 19 años (que se dice pronto), y hemos asistido a aciertos (“X-Men 2”, “Logan” o la mejor de todas ellas, “Primera Generación”), algunas fallidas pero no mediocres (“X-Men: Días del futuro pasado”, “Lobezno Inmortal”) y algunas que son directamente un bodrio (hola, “Orígenes Lobezno”).
Pues bien, no voy a extenderme en comentar la saga, una por una, porque en breves subiré a la web un artículo al respecto, pero sí diré que esta nueva entrega que nos ocupa pertenece al grupo de los bodrios, y no se podrá decir que nadie lo esperase. La pregunta clave, seguramente, sería: ¿alguien pedía esta entrega? Y más después de lo decepcionante y olvidable que fue “Apocalipsis” (y que si se salvaba era por la escena de “Quicksilver”, que es una de las mejores del cine de superhéroes).
Esta última entrega (por fin) ha llegado sin que realmente nadie la estuviese esperando, y encima con una trama ya conocida, ya que, una vez vista, se puede confirmar que se cuenta lo mismo que la tercera entrega de la saga (“La decisión final”), pero peor tratado y con pocos cambios. ¿No hubiese sido mejor contar algo nuevo, que mira que hay historias originales en los cómics? Pero bueno, eso sería otra historia.
La dirección del temible guionista Simon Kinberg (y que ha arruinado la saga, sin más), es bastante sosa y carente de garra, y todo luce como una película de hace diez años (y estoy siendo generoso). No hay apenas acción y cuando esta llega te quedas igual, aunque hay que reconocer que la película tiene un inicio algo prometedor (en el espacio, aunque dicha escena se podía ver semanas antes del estreno… inteligencia, nivel experto). Y ojo, que la película ha costado 200 millones, que no lucen por ningún lado. De verdad… mentes maestras.
Pero lo peor de todo es el guion, donde todos los personajes cambian de personalidad, hasta el punto de que algunos se vuelven directamente estúpidos, y desaprovechando a otros, como una Mística que no se sabe muy bien qué pinta en todo eso, un Magneto metido con calzador o un Quicksilver que hace un cameo, cuando era lo mejor de las dos anteriores entregas. Lamentable.
Y lo mismo se puede decir del reparto, desganado como él solo, y donde no se puede destacar a nadie… bueno sí, negativamente, ya que seguramente estemos ante la peor interpretación de Jessica Chastain, con la villana más plana y prescindible de los últimos años.
Se nota que muchos actores estaban obligados a participar en esta última entrega (como Lawrence), y por eso ponen cara de coger el cheque y correr. Es triste que esta sea la despedida de estos intérpretes y sus personajes, cuando se había logrado mucho con la citada “Primera Generación”.
Y bochornoso también que Hans Zimmer (que por cierto, hace unos años aseguró que no iba a componer más BSO de películas de superhéroes… pero de algo hay que comer), se encargue de la banda sonora. Sin ser un trabajo mediocre (no digo eso), sí se queda en tierra de nadie, y sorprende que un genio como él esté detrás de todo esto. Bueno, como el reparto, cobrar cheque y a otra cosa.
Y es que esta nueva (y última) entrega no tiene sentido, y como ya digo, hacer un remake de la tercera parte (olvidable y fallida como ella sola) no era la mejor idea. Es una pena, porque la saga tenía cosas muy positivas, y es obvio que deberían haber terminado hace años, y dejarse de productos sacacuartos sin alma como “Apocalipsis”. Y mira que “Primera Generación” supuso un reinicio estupendo y había esperanza en el horizonte, pero todos sabemos que Fox destruye todo lo que toca. Solo espero que la compra de Disney evite que sigan haciendo desastres como el que nos ocupa.
Una película como “Wolverine: Orígenes” cabrea, y mucho, pero al menos genera un sentimiento. Pero es que esta no genera nada, se ve desde la desidia, como contagiado por la pereza de sus responsables, y es imposible encontrar nada positivo en ella, por lo que se convierte en la más olvidable y peor de la saga, ya que hasta “Lobezno: Orígenes” tenía algo bueno (aunque fuesen sus créditos iniciales), pero aquí es imposible rascar nada.
Es aburrida, se toma en serio a sí misma (que nadie espere ni una broma), es lenta, no hay buena acción, el reparto está en modo piloto automático, la dirección es plana y parece una película de hace lustros… Pero bueno, no veo la decepción, ya que desde sus primeras imágenes y trailers se preveía algo así.
Solo espero que Disney coja al grupo y le dé un reinicio como corresponde, ya que esta saga empezó bien pero ha terminado muy mal, y todo por la codicia y torpeza de Fox. Una película que no despierta nada en el espectador, y cuyo visionado supone una pérdida de tiempo, ya que no aporta nada a la saga, y es, desde luego, un cierre lamentable. Un error de proyecto, sin más.