No nos vamos a engañar, se veía venir. Cuando la crítica alaba un producto como profundo y existencial, el espectador medio (entre el que me incluyo) debe ser cauto y comenzar a temblar. La pena es que haya tanta desinformación y tantos espectadores vayan a salir enfadados o decepcionados de las salas de cine, porque estamos ante otro caso de crítica vs público, donde los primeros ensalzan películas sin pensar en las consecuencias de sus actos (y sin pensar en la gente para la que trabaja).

La película tuvo muy buenas críticas desde el principio de su recorrido, en varios festivales como el de Venecia, y había ganas de comprobar si estábamos ante una cinta de ciencia ficción tan entretenida como “Interstellar” (que también es profunda pero sin provocar el bostezo) o “La llegada”, que seguramente sea una de las películas más lentas y aburridas de los últimos años.

Pues bien, lamentablemente nos encontramos en el segundo caso, ya que el film que nos ocupa es otro ejemplo de que no son necesarias casi dos horas para contarnos el viaje existencial de un personaje, y menos con esas pretensiones o filosofía de mercadillo. Pero vayamos por partes.

La dirección de James Gray es fabulosa y tiene grandes momentos, siendo éstos una serie de set pieces tan entretenidas y logradas (más bien el inicio y la persecución lunar, que no la del rescate, ridícula a más no poder) como metidas con calzador, seguramente para amenizar el ritmo de la cinta y contentar al público mayoritario. Se agradecen, pero parecen de otra película y realmente no aportan nada.

Las escenas especiales (así como las secuencias mencionadas) son espectaculares, y se nota la buena mano del director. Por lo tanto, respecto al apartado técnico, nada que objetar. Mención especial a los efectivos efectos especiales.

Por otro lado tenemos el guion (también de Gray), con escasos diálogos y aburrido como él solo, yendo de existencial pero siendo en realidad más que pretencioso. Se trata de otro ejemplo de que no es necesario un ritmo lento y sin gracia para contentar a los críticos de siempre, y es que parece que hagan este tipo de films para ellos.

Brad Pitt protagoniza la cinta, y he leído críticas más que positivas sobre su actuación. No podría estar más en desacuerdo, ya que, a pesar de sus esfuerzos, parece hipnotizado por la frialdad del conjunto, y ofrece una interpretación que no es de las mejores de su carrera, desde luego. Demasiado comedido y serio. Seguramente sea nominado a varios premios, pero no creo que sea justo.

Respecto al resto del reparto, tenemos a un desaprovechado Donald Sutherland (que todavía me pregunto qué pinta su personaje en la película) o a un entregado Tommy Lee Jones, que hace lo que puede con el difícil personaje que le toca interpretar.

En conclusión, estamos ante una cinta de ciencia ficción aburrida e insustancial, que no aporta nada al género y que demasiados críticos se han apresurado a aplaudir. En honor a la verdad, también me consta que parte de los espectadores han salido satisfechos de su visionado. Mientras ellos respeten el descontento (general), ningún problema, pero, por favor, que nadie malinterprete las opiniones y juegue al típico “no la has entendido”, porque la película es lo que es (una oda a la relación entre un hijo y su padre) y no hay que ir más allá.

Una decepción a la que le sobra más de media hora de duración y es un desperdicio de recursos, tanto técnicos como interpretativos. Eso sí, los críticos seguirán reclamando trabajos lentos y pausados, y los espectadores que se gastan su dinero y deben decidir entre un film u otro, volverán a sentirse estafados. La eterna batalla. Yo lo tengo claro, ¿y tú?

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