Me enamore de Batman en mi infancia, con la serie animada, mi obsesión siguió años después repasándome todas las películas en las que apareció el personaje y leyéndome algunas de sus historias en papel. Me declaro fan del personaje y de todo el universo que le rodea. En mi opinión es el mejor personaje de cómics existido y por existir. Típico, lo sé, pero todo el que haya tenido la ocasión de conocer al personaje en varios de los medios a los que ha sido adaptado dirá lo mismo.

Que se hiciera una “Lego película” me parecía algo excesivo y sin sentido, nunca he sido fan de Lego, por no decir que soy team playmobil, pero esta adaptación es oro puro. La película fue estrenada en 2017, un año antes habíamos tenido el Batman de Ben Affleck por primera vez en la gran pantalla, y el DC Universe parecía solido (cosa que no duro mucho), pesé al fracaso de Batman v Superman, Batman fue uno de los puntos fuertes de la película y me apetecía ver más una adaptación de este que no una versión animada de Lego. Por eso me mostré reacio a verla pese a la buena aceptación por parte de la crítica. Y aprovechando que estaba disponible en Netflix me puse a verla sin hype alguno.

La película empieza tal y como acabaría cualquier otra película de Batman. El Caballero Oscuro derrotando al Joker y demostrando que es el mejor (y cantándolo). Que el encapuchado no reconozca al Príncipe Payaso como su peor enemigo (y prefiera reconocer a Superman como tal) le duele, y eso hace que elabore un plan maestro, no solo para acabar con Batman, sino también para demostrarle que, tras tantos años de persecuciones, sí que era su mayor enemigo.

A partir de esa trama la autoburla al universo del personaje y las referencias de la película la hacen disfrutable para cualquier fan. Sí, la cinta esta pensada para un público infantil, pero en ningún momento descuida al público adulto y mucho menos a los fans del personaje. Tenemos referencias a prácticamente todas sus adaptaciones, guiños al público rompiendo la cuarta pared y una combinación de universos maravillosa. La cinta no deja de sorprender en cada una de las escenas; desde la contraseña “Ironman apesta” hasta la incorporación de todos los villanos que aparecen.

Aparte del humor irreverente de la cinta también tenemos un punto fuerte del que creo que no se ha hablado lo suficiente. Lego consigue capturar la esencia de Batman sin siquiera ser alguien de carne y hueso. Entiende la motivación principal de Bruce Wayne por acabar con el crimen y la duda sobre que hará cuando realmente termine, y nos plantea un debate que ya hemos visto antes en las historietas, ¿Son los villanos un resultado de la presencia del héroe?, También nos plantea la lucha contra la soledad que también hemos conocido en varias de sus historias, nos hace entender porque la batfamilia es un punto importante en el personaje, y todo esto sin olvidar quien es Batman, presentándolo como una versión egocéntrica y exagerada del mismo, pero entendiéndolo. Entendiendo porque trabaja solo y porque su lucha contra el Joker nunca acaba. No pierden el tiempo en unos orígenes contados mil veces, ni en explicarnos quien es cada personaje, simplemente asume que no es necesario contarlo todo y que tras tantas adaptaciones ya sabes quien es Batman.

La película me ha parecido un acierto en sí, cualquier BATFAN la disfrutará y creo suponer que si disfrutaste de los Lego o si aún disfrutas te gustará todavía más.

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