El verano es largo y las vacaciones a veces se hacen más llevaderas viendo una serie en familia o en pareja. Pero ¿cuál? Puede que vivamos en el momento de la historia con más series de la historia. ¿Cuál elegir?

1. La casa de papel

Este producción española, éxito brutal internacional a través de Netflix, versa sobre un atraco en la Casa de Moneda y Timbre de Madrid y está considerada la mejor ficción hecha hasta ahora para la pantalla media. Su ritmo, sus actuaciones, su banda sonora y su milimetrado guión hará que te pegues al sillón y tararees su banda sonora.

2. Juego de tronos

Se te ha atragantado y han pasado muchos años ya. Crees que ya no puedes verla o que ya te han destripado todo lo destripable de una serie tan larga como ésta. ¿Vale la pena a estas horas de la noche comenzar a ver Juego de Tronos? Sin duda: es una de los mejores productos culturales de la televisión y un revulsivo en el mercado anglosajón. La calidad de la serie, de sus produndos personajes, de algunas escenas de acción hipnóticas y realistas, y el cariño y la camadería que uno acaba teniendo por algunos tipos y tipas entrañables hacen de Juego de Tronos una reliquia. Un consejo: si te asusta ver muchos capítulos prueba a ver sólo los diez primeros capítulos de la primera temporada. Si te gustan, la serie te gustará. Y si te encantan puedes probar a comprarte los libros.

3. Black Mirror

Esta producción angloamericana es sin duda la joya de Netflix. Ha deformado tanto la ciencia-ficción que ya se considera un género incluso en ella: su hiperrealismo y su hipérbole continua, si bien parecen incompatibles, muestran los tiempos esquizofrénicos en los que vivimos. ¿Su ventaja? Capítulos sueltos, autoconclusivos, de una hora de duración como máximo, cada uno con alma propia. Y uno de ellos dirigido por Jodie Foster.

4. House

Para salir del terreno de la fantasía y la ciencia-ficción regresemos a los clásicos. El doctor Greggory House es ya historia de la cultura televisiva. Su ácida personalidad, su incapacidad para las relaciones personal y su afición por las bromas picantes e infantiles hace de la serie un entretenimiento duradero que no evita el drama. Sus diálogos son brillantes, algunos de ellos insuperables.

5. Perdidos

Hablamos de palabras mayores, de adrenalida, de fanboys obsesivo-convulsivos. Dale una oportunidad. Sí, te marearás. Sí, desearás que termine. Sí, odiarás a sus guionistas. Sin embargo, adorarás la banda sonora de Giacchino, la introducción inquietante de cada capítulo y el final apoteósico de cada temporada. Si algo sabía hacer Perdidos era enganchar al espectador a la butaca metanfetaminícamente.

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