Con motivo del estreno de “Glass” (que cierra la trilogía de superhéroes y villanos iniciada en “El protegido”), os traigo este especial de M. Night Shyamalan, con un repaso de (casi) todas sus películas.

Pero antes de comenzar, conviene hacer un breve repaso a su carrera y vida. Nacido en la India, en el año 1970, empezó su carrera cinematográfica con la película “Praying with Anger” en el año 1993, y no fue hasta el año 1999, cuando triunfó (por todo lo alto), con una de las películas más taquilleras de la historia en el género del terror, que no es otra que “El sexto sentido”.

Aplaudida por crítica y público, le hizo portador de un estatus que le costó mantener, ya que, a partir del estreno de “El Bosque (The Village)” en el 2004, empezaron a salir sus “haters”, muy críticos con su obra, hasta el punto de que su cine era odiado, y había abucheos en las salas de cine cada vez que salía su nombre en un simple trailer.

Esto no es leyenda, es totalmente cierto, y jamás un director de cine recibió tanto desprecio por el público (y en parte por la crítica), convirtiéndose en uno de los apestados de Hollywood, después de saborear, en años de mejor gloria, las mieles del éxito.

Después de encadenar varios fracasos, en el año 2015, nos trajo la película de terror y suspense “La visita”, y de la cual nadie esperaba nada, y que supuso un notable éxito de taquilla, además de dejar satisfecho a crítica y público.

Un año más tarde, confirmaría su nueva etapa de director respetado, gracias al thriller “Múltiple”, y más cuando se supo, por sorpresa, que se trataba de una secuela/spin-off de una de sus películas más aplaudidas (y odiadas), “El protegido (Unbreakable)”.

Y ahora nos encontramos con el estreno de Glass, que no está gustando a la crítica, y ya que estamos, a un servidor tampoco (crítica aquí). No obstante, parece que entre el público está habiendo división de opiniones y ha sido un rotundo éxito de taquilla. Pero ahora toca entrar en su filmografía para comprobar sus errores y aciertos.

En el repaso a sus película como director,obviaré sus dos primeros trabajos, la mencionada “Playing with Anger” o “Los primeros amigos” (1998), porque no las he visto, y “Airbender”, por exactamente lo mismo, pero es que, esta, tampoco tengo muchas intenciones de visionarla en un futuro próximo, precisamente.

Como siempre, antes de empezar, dejar claro que esta es mi opinión personal y no la verdad absoluta. Lo dejo claro.

El sexto sentido (1999) – El inicio del legado

En el año 1999 se estrenaba este thriller de terror, sobre un niño que puede ver a  los muertos y como estos le atormentan con sus apariciones, y las repercusiones que ello acarrea, y todo bajo la mirada de un psicólogo que ha perdido la fe en su trabajo por un trauma del pasado.

Protagonizada por un estupendo Bruce Willis (en uno de sus mejores trabajos) y un sobresaliente (Haley Joel Osment), ex-niño prodigio (y que, si se tiene curiosidad, actualmente se puede ver en la recomendable serie “Future Man”), la película arrasó en taquilla y maravilló al público, así como a la crítica, además de varias nominaciones a los Oscars, incluyendo mejor película.

Estamos hablando de una película de culto, que hizo famosas muchas escenas y frases (como la parodiada de “en ocasiones veo a los muertos”), y que hoy en día sigue siendo recordada, a pesar de sus limitaciones, que no son pocas.

La dirección de Shyamalan es excelente (como en casi toda su filmografía), pero es una de esas películas a las que un segundo visionado les hace mucho daño, una vez conoces la sorpresa final, y que es, de lejos, uno de los mayores “spoilers” de la historia del cine, hasta el punto de que si la ves conociendo el desenlace, el sentido de visionar la cinta es nulo.

Yo siempre la he considerado una película  de factura técnica impecable, pero muy sobrevalorada, y a la que los años no le han hecho ningún favor. No obstante, supuso un “boom” y el inicio de Shyamalan como director de renombre.

Y poco más se puede decir de esta conocida película de terror, que no se haya dicho ya.

El protegido (Unbreakable) (2000) – Una obra incomprendida

Un año después del estreno y éxito de “El sexto sentido”, se estrenó esta película, vendida como “El sexto sentido 2”, lo cual no le hizo ningún bien, ya que la gente no sabía qué iba a ver ni a que se enfrentaba, y el resultado fue una taquilla que no se acercó, ni por asomo, a la de la anterior mencionada, y que resultó un sonoro fracaso de crítica y público.

De hecho, una de las anécdotas más recordadas (por un servidor) en una sala de cine, fue el visionado de este thriller, ya que la gente se puso nerviosa y empezó a abuchearla sin compasión, riendo en las escenas dramáticas (como la del hijo con la pistola) y deseando que eso acabase. Todos los comentarios que escuché al acabar la proyección fueron negativos. Jamás he vivido nada semejante en un cine.

Yo la vi en su estreno con 14 años, y debo reconocer que tampoco me gustó (en su momento), porque no me la tomé en serio y no entendía a dónde quería ir a parar el director. Es decir, me uní a la turba de detractores de la película.

Por suerte, hace unos años, decidí darle otra oportunidad y quede absolutamente asombrado con la nueva opinión que me había generado, ya que parecía que hubiese visto otra película distinta. Y la cosa mejoraba con cada nuevo visionado, hasta el punto de que es mi película favorita de la filmografía del director, y una obra única, para quien esto escribe.

Estamos ante una película gris, compleja, de difícil digestión, y que necesita de varios visionados (al contrario que el anterior trabajo del director) para apreciarla y valorarla como se merece.

Todo funciona en ella, desde su estupendo reparto (con unos pletóricos Bruce Willis y Samuel L. Jackson, que por cierto, son mis dos actores favoritos), hasta un complejo guion (que no es lo que parece), pasando por un banda sonora sobresaliente (la mejor de la filmografía del director y una de las mejores del gran compositor James Newton Howard) para finalizar con una dirección magistral, de las mejores de su responsable.

Por lo tanto, estamos ante una película irrepetible, que la gente ha aprendido a amar con el tiempo, y a la que, ni “Múltiple” ni “Glass” han sabido estar a la altura, demostrando que esta película, en realidad, no necesitaba secuela alguna y es una historia cerrada sobre el origen de un superhéroe… y de un villano.

Señales (Signs) (2002)

Después del fracaso de “El protegido”, Shyamalan decidió apostar sobre seguro, y estrenar una cinta comercial (a primera vista), protagonizada por el popular (en su momento) Mel Gibson, y sobre una familia que observa las señales sobre una posible invasión alienígena.

Para un servidor, estamos ante la segunda mejor película del cineasta después de su anterior trabajo, ya que es una historia familiar, de superación y fe (conviene dejarlo claro), y todo en el marco de una película de extraterrestres, en una combinación perfecta.

De nuevo, estamos ante una película que provocó división de opiniones, pero nunca al nivel de “El protegido”, aunque su final fue lo más cuestionado del metraje. Dejo claro que a mi me encanta, y es uno de los giros “sorpresa” mejor desarrollados por el cineasta.

La dirección de Shyamalan vuelve a ser magistral, siendo este uno de sus mejores trabajos. Respecto al guion, los personajes son fabulosos, así como los diálogos, y la combinación de drama, terror (impagable el momento del vídeo), tensión, suspense y comedia es única. Lástima que el director naufragase en futuros proyectos al intentar algo semejante.

En cuanto al reparto, tenemos a un sobresaliente Mel Gibson, en uno de sus mejores papeles, interpretando a un cura (o pastor, si se prefiere) que ha perdido la fe y no tiene esperanzas en nada, pero con el que se empatiza y conecta. Joaquin Phoenix sustituyó al inicialmente previsto Mark Ruffalo, y la verdad, no me imagino a otro en ese papel, ya que el excéntrico actor nos regala una interpretación divertida y sentida. Que decir de los niños de la película, perfectos.

En conclusión, estamos ante un gran drama de ciencia-ficción, que algunos no entendieron en su momento, pero que un servidor aplaudirá siempre que haga falta. Imprescindible si te gusta el buen cine de terror con alienígenas… y si eres abierto de miras, por supuesto.

El bosque (The Village) (2004)

Otra de las películas de Shyamalan más discutidas, y que generó división de opiniones, es esta propuesta del año 2004, en el que un poblado se ve asediado por unas extrañas criaturas. Solo una regla: no salir al bosque.

Creo que, esta película, no es mala, pero sí totalmente fallida, y ahora veremos por qué.

La dirección de Shyamalan vuelve a ser magistral (el momento “mano” es de lo mejor de su filmografía), pero no así el guion, con un final (se supone que sorpresa), que se ve venir de lejos (al menos por un servidor), y con unos personajes que van, entre lo logrado (la protagonista) y lo ridículo (Adrien Brodry).

En cuanto al reparto, si por algo destaca esta película, es por haber descubierto a Bryce Dallas Howard, en el que seguramente sea el mejor trabajo de toda su carrera. Es una lástima que, actualmente, no se le de oportunidad de hacer mejores papeles, siendo uno de esos casos de actriz que prometía demasiado, y al final se ha quedado en tierra de nadie. Su interpretación y personaje son lo mejor de la película, y resulta entrañable y llena de matices.

Luego tenemos a un correcto Joaquin Phoenix, que repitió con el director, haciendo de falso protagonista, y a un bizarro y excesivo Adrien Brody (demostrando que tener un Oscar no es sinónimo de nada) con el personaje más ridículo de la filmografía del director… y puede que de los últimos años. Sus intervenciones son absurdas y rompen el tono de la cinta.

Como ya digo, la atmósfera, dirección y actriz principal son sobresalientes, así como la música (de nuevo, del gran James Newton Howard), pero el guion hace aguas, y una vez se sabe la sorpresa (repito, predecible), el sentido de la película es nulo.

No es una mediocridad, pero sí un producto fallido y olvidable.

La joven del agua (2006)

Después de la decepción que supuso “El bosque”, Disney finalizó su contrato con Shyamalan, y Warner le abrió los brazos al director indio. El resultado fue esta película, la cual supuso un punto y aparte en la carrera del señor Shyamalan, ya que la crítica la machacó sin piedad (como pocas veces se ha visto), y el público no se quedó atrás.

A mí no me pareció tan mala, pero sí un producto de un solo visionado, quizás curioso, sobre una ninfa y el portero de un bloque de apartamentos. Lo que sucede a continuación son una serie de giros absurdos y sin sentido alguno.

La dirección de Shyamalan, en esta ocasión, no está tan lograda, con demasiadas escenas oscuras y pocos planos para el recuerdo (por no decir alguno). El guion, siendo suave, no hay por donde cogerlo, a pesar de su originalidad, pero es que los personajes son ridículos y clichés con patas. De hecho, uno de los enfados de la crítica fue porque uno de los vecinos es crítico de cine, y es irritante y despreciable como él solo, y claro, los críticos tienen muchas cosas, pero sentido del humor cero, y de ahí uno de los motivos del ensañamiento con el director.

En cuanto al reparto, tenemos a un entregado Paul Giamatti, que hace lo que puede con el papel que le han dado, y a una Bryce Dallas Howard, que repitió una vez más con el director, y que resulta correcta, pero jamás alcanzando el nivel interpretativo de “El bosque”. El resto del reparto… bien, gracias.

A destacar a un Shyamalan con un personaje con más minutos de los habituales (ya que el director suele hacer cameos en todas sus películas), y totalmente absurdo, en una demostración absoluta de su ego (interpreta a una especie de salvador), porque es bien sabido que el señor M.Night (al menos cuando saboreaba las mieles del éxito) es un egocéntrico y altivo de cuidado, creyéndose  un genio, lo cual, después de productos como este o “El incidente”, quedó claro que no es. Un personaje olvidable y sonrojante.

En conclusión, otro producto fallido, que ya poca gente recuerda. Y después de este fracaso, vino la debacle del director.

El incidente (2008)

La peor película de su filmografía, y la que más risas y enfados ha provocado, ya que no tiene ni pies ni cabeza.

La gente se empieza a suicidar, y parece que todo está relacionado con el “enfado” de la naturaleza con el ser humano. Fin. Aquí no hay giro sorpresa, todo es absurdo desde el minuto uno, con una dirección pobre y terrible (el momento leones en el zoo no hay por donde cogerlo), un guion digno de viajar al pasado y quemarlo para que nunca pueda realizarse, con unos personajes a cada cual más estúpido, y con un reparto indescriptible, con la peor interpretación de Mark Wahlberg, que actúa toda la película aburrido y con sueño, sin abandonar su cara de cabreo, o de una Zooey Deschanel, que parece que antes de rodar volvía del after. Increíble como se puede hacer todo tan mal.

El peor trabajo de Shyamalan, pero de lejos. Pocas veces he visto una película tan mala. ¿En qué estaban pensando todos sus responsables?.

After Earth (2013)

Shyamalan seguía encadenando fracaso tras fracaso, así que apostó sobre seguro, y se lanzó a los brazos del intérprete más querido del momento (que desde esta película está de capa caída… ¿casualidad?), Will Smith, al cual no se le puede decir que no, y trajo consigo a una de las mayores losas del cine contemporáneo: su hijo, Jaden Smith, que tiene la misma expresividad que un fósil, y que, por fin, ha dejado el mundo de la actuación, una vez su padre se ha cansado de perder fama y dinero por su culpa.

Y ojo, que Will Smith es secundario, siendo su hijo el protagonista absoluto. Esto es, cero carisma y emoción. La dirección está plagada de efectos visuales, y tiene algún momento logrado, pero suena a “cobro el cheque y a otra cosa”. Un mero encargo para el señor Shyamalan, ansioso por recuperar el estatus perdido.

Respecto al guion, poco se puede decir de una película vacía y sin alma. Will Smith, más serio de lo habitual, está correcto, pero no es de sus mejores trabajos. Y Jaden… ya lo he dicho todo.

La película fue un nuevo fracaso en la carrera del director, y es que, ni el actor más popular de ese año pudo salvar al director maldito. Una película olvidable.

La visita (2015)

Cuando parecía que el señor Shyamalan no iba a levantar cabeza después de encadenar tantos fracasos y proyectos fallidos, llegó un producto de terror y suspense, de bajo presupuesto (por lo tanto, con poco riesgo), sobre dos jóvenes que van a ver a sus abuelos, los cuales no conocen.

Estamos ante la tercera mejor película de Shyamalan, la cual no es ninguna maravilla, pero, de nuevo, sabe combinar muy bien el drama, el terror y la comedia, de forma muy inteligente, y la dirección está bastante lograda, apostando en esta ocasión por el “found footage”, con mejores resultados que en otras producciones del género.

Las interpretaciones son más que convincentes (tanto las de los abuelos como las de los niños protagonistas), y el conjunto es satisfactorio y muy entretenido, para una película de la que nadie esperaba nada, y sirvió para que Shyamalan volviese a ser respetado y tenido en cuenta.

Una gran película de terror y suspense, y la tercera mejor de su filmografía (después de “El protegido” y “Señales”). Ojo al giro final, que esta vez sí es efectivo. Aún me pone los pelos de punta.

Múltiple (Split) (2016)

Un año después, nos llegó un producto sorpresa, que trata sobre un psicópata con personalidad múltiple (hablamos de más de veinte). Lo que nadie esperaba es que fuese el spin-off/secuela de “El protegido”, en uno de los mejores finales y crossovers vistos en mucho tiempo.

Lamentablemente, aquello y la interpretación de James McAvoy (que mereció el Oscar, y ni siquiera fue nominado), son de lo único rescatable de este correcto, pero olvidable thriller.

Es lo que es, y tiene la fama que tiene, por su final y por la actuación del protagonista. Quitando esos dos importantes factores sería una más.

Glass (2018)

No voy a extenderme mucho, porque ya os he traído crítica al respecto (aquí), pero volveré a dejar bien claro que es un cierre fallido, una oportunidad perdida, y una de las peores películas de Shyamalan, y de los últimos años.

En conclusión, estamos ante un director capaz de lo mejor (“El protegido” o “Señales), pero también de lo peor (“El incidente” o “Glass”) y que casi tira por la borda su carrera por un ego desmedido que le nubla el juicio y le hace cometer estupideces. Cuando parecía que se había recuperado, gracias a “La Visita”, nos trae “Glass”, y todo se vuelve a derrumbar, a pesar de que el público responde de forma satisfactoria (esto es, con millones en taquilla).

Y os aseguro que su cine (el de sus inicios), no sería el mismo sin las bandas sonoras de James Newton Howard, que han resultado ser imprescindibles, y han sumado puntos al resultado final. Una vez ha roto relación con él, su cine cojea bastante. Y es que la música, a veces, es un factor clave en según que películas.

Yo ya no me fío de él, después de que haya destrozado la mitología de su mejor película, casi veinte años después. Y una vez se ha dejado claro que, el problema de sus películas, son algunas decisiones tomadas y sus guiones, quizás debería dejar esa tarea a otras personas, dejar la soberbia que tiene en una caja fuerte y dedicarse a lo que mejor se le da, que es dirigir.

Uno de los directores más extraños y desiguales del cine… pero de lejos.

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