Mucho se ha hablado de la serie que nos ocupa. Se trata de la adaptación de una novela de Neil Gaiman y Terry Pratchett, en la cual, un ángel y un demonio son amigos, y deben impedir el Apocalipsis (debido al anticristo), haciendo caso omiso de las órdenes de sus respectivos jefes y compañeros de profesión, por decirlo de alguna forma.

La verdad es que sobre el papel suena fabuloso, y creo que la idea de partida daba para muchas posibilidades. Se trata de una serie de Amazon, en exclusiva, que se ha promocionado como si no existiese otra, y cuyas expectativas estaban bastantes altas debido a un reparto excelente y la promesa de una historia fresca y original. La miniserie se compone de seis episodios, y puedo confirmar, una vez finalizados todos los capítulos, que estamos ante un quiero y no puedo bastante fallido, que, pese a sus virtudes, se queda en una declaración de intenciones… y poco más.

La dirección de la serie está bastante lograda, con planos más que interesantes, pero los efectos especiales dejan bastante que desear, y algunos recuerdan a alguna película de serie Z (sin exagerar, son mediocres), lo que resta al conjunto, porque sorprende bastante ver efectos de hace veinte años (siendo generosos). No sé si su intención era mostrar esa mediocridad a propósito, pero queda bastante mal y desmerece el resto de elementos (mucho más cuidados, como el vestuario o los escenarios). Quizás se quedaron sin presupuesto después de contratar a un reparto tan impecable, quién sabe.

Respecto a la historia, no he leído la novela, por lo que no la voy a valorar ni hacer comparaciones (aunque el punto de partida me parece fascinante), pero lo que es seguro es que “Good Omens” se queda bastante en tierra de nadie. Y es que el primer episodio está más que logrado y marca un buen rumbo… que enseguida se confirma como un espejismo, ya que el resto de episodios no están a la altura, y el peor de todos es el último.

Es más, a la miniserie le sobra un episodio (o incluso dos), ya que hay demasiado relleno y personajes que no van a ninguna parte y no aportan nada. Y el clímax no está a la altura de las expectativas, y es bastante decepcionante, así como el final, donde se cierra la trama de todos los personajes, que parece que jamás va a finalizar y se hace muy lento (tiene hasta cuatro finales la serie…).

Aparte, la serie no sabe qué quiere ser, y parece que va a tener mala baba y humor negro en sus primeros compases para quedarse todo en una falsa promesa, ya que la serie es apta para todos los públicos, y la violencia brilla por su ausencia. A pesar de que los diálogos son ingeniosos en sus dos protagonistas (no así en el resto), el humor es bastante extraño y pocas veces da en la diana. Una mezcla de géneros bastante bizarra, que no cuaja en ningún momento.

Por otro lado, no todo es negativo (o decepcionante), ya que la serie cuenta con una gran virtud, que no es otra que sus dos estupendos protagonistas, los cuales consiguen dejar a la serie en correcta y salvar los muebles de la quema, nunca mejor dicho. David Tennant (como un diablo) y Michael Sheen (como un ángel) están igual de estupendos y fascinantes, entregados y cómodos en sus papeles. A destacar su increíble química en pantalla.

Es una lástima que no acaparen todos los minutos, y la serie se enrede en personajes que no interesan (ahí se nota los problemas de la misma), porque, en caso contrario, estaríamos ante algo grandioso. Son esenciales e imprescindibles, y se nota demasiado. Sin estos dos actores y personajes, podríamos estar hablando de un desastre mayúsculo, pero no es el caso. Merecen cada libra (porque son ingleses) que han recibido, eso seguro.

Y seguramente por ellos, merezca la pena la serie, porque son lo mejor, de lejos. El resto del reparto, con rostros conocidos como los de Jon Hamm, están convincentes y aportan carisma, aunque hay casos sangrantes como los de Mireille Enos, que no aporta nada, o el de Benedict Cumberbatch, que dobla a un personaje (en versión original) que habla segundos…

En conclusión, estamos ante una serie tan simpática y curiosa (porque la trama invita a ello) como fallida y del montón (a pesar de su originalidad inicial), y que sería mucho peor si no fuese por Tennant y Sheen, ya que sin ellos estaríamos ante un producto que se olvida más pronto que tarde. Creo que la serie es peor de lo que realmente se cree, a pesar de no tomarse nada en serio a sí misma (lo cual no está realmente bien aprovechado), y que se ha vendido como un producto transgresor y fresco, cuando realmente, se ha quedado en tierra de nadie y solo será recordada por sus dos protagonistas. Una pena.

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