Decir que el cine italiano no es mainstream no es ningún secreto, pero eso no implica que no haya auténticas joyas cinematográficas de este país como “Cinema paraíso” o “La vida es bella”, pero en los últimos años el cine italiano no está teniendo una gran recepción a nivel internacional. Aunque eso puede que llegue a su fin con la nueva película de Gianni Zanasi, La gracia de Lucía (Troppa grazia) -ganadora del premio de Europa Cinema Label en la Quincena de los Directores-, que llegará a España el 4 de enero de 2019.

El argumento es simple e innovador; Lucía es una topógrafa que debe firmar unos papeles para la autorización de “la ola”, una construcción millonaria que esconde corruptelas detrás. Un día, mientras está tomando datos del terreno se le aparece la Virgen María y le dice que construía una iglesia allí, el argumento se centra en como cree que se esta volviendo loca y como poco a poco la Virgen la ira presionando cada vez más y más. De tramas secundarias tenemos su historia de amor con su expareja (irrelevante en todo momento) y la relación con su hija adolescente, y todo lo que la palabra adolescente implica.

Se mueve con aire fresco dentro de la categoría de comedia, aunque nunca llega a calar del todo bien en el espectador. A momentos se hace pesada y aburrida, y no logra divertir al público exceptuando un par de momentos en toda la trama, pero en general cae bien.

Cuando la acabas de ver no puedes dejar de sentir que hay algo con mucho potencial que ha sido desaprovechado.

La relación entre Lucía y la Virgen es maravillosa, pero no se llega a exprimir del todo. Los personajes en general son únicamente soportes de la protagonista y ninguno tiene unas motivaciones propias (o el director no muestra interés en mostrarlas). Si bien, sí que vemos como hay gente que cree que Lucía ve a la Virgen y gente que no la cree, no llegamos a ver bien ese fanatismo hacia ella. Por muy interesante que pudiese haber sido.

Lucia es el personaje que mas nos interesa en toda la trama, en los personajes secundarios no encontraremos nada. En cambio, en ella vemos un desarrollo, un sufrimiento realista y nos llega a convencer como “capitana del barco”. Aunque tampoco la Virgen es olvidable, con una actitud autoritaria e incluso violenta nos llega a sorprender en cada una de sus apariciones, y llega a ser el foco de humor de la cinta.

La película en general es olvidable, pero toda mejora con el final. Llega un punto en que no sabes si es todo obra de la virgen o si la locura es contagiable, y pesé a dejarlo todo tan abierto sentí que quizá era mejor así, sin saber que pasa finalmente con todos los protagonistas y sin cerrar del todo ni una sola trama.

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