Cuando se anunció este proyecto, que suponía la adaptación del videojuego “Detective Pikachu”, mi reacción fue de sorpresa (no positiva) y estupefacción. Luego salió el primer trailer, y mi entusiasmo no fue en aumento, precisamente. Luego tuvimos un segundo trailer mucho mejor, así como unas recientes críticas más que positivas (62% para un producto de estas características no está nada mal), y la promesa de que íbamos a estar (por fin) ante una buena adaptación de un videojuego.

Pues bien, una vez la he podido visionar, debo decir que, ni es una buena adaptación de Pokémon, ni es la mejor adaptación de un videojuego, ni es una buena película. Incluso es uno de esos casos en los que me pregunto si los críticos (y los que han quedado fascinados ante ella) y yo hemos visto la misma película.

Tampoco iba con unas expectativas muy altas, y mi única exigencia era pasar un buen rato en el cine, y ni eso me he llevado. Como ya indiqué en mi artículo sobre los videojuegos de Pokémon (aquí), he sido fan de la saga, ya sea de la serie de animación o de los juegos de antaño, que eran más que entretenidos y clásicos indiscutibles.

Esta película surge (le pese a quien le pese, porque el anuncio fue justo con el boom de esa App) del éxito de Pokémon Go, que bueno, duró medio año, como mucho. Por lo tanto, no es una adaptación de los juegos de antaño, sino más bien del videojuego de 3DS donde Pikachu es un detective. Como punto de partida no pinta mal, pero es que los responsables no saben qué demonios hacer con ese material.

Creo que hay mucho potencial en el mundo Pokémon, y podría haber quedado algo curioso (como mínimo), pero los productores se han conformado con meter con calzador la mayoría de Pokémon posibles, y a esperar si la gente pica, que es lo que va a suceder. Pero bueno, mejor diseccionar la película, como corresponde.

La dirección corre a cargo de Rob Letterman, con una filmografía más que cuestionable, y que, lo único destacable, quizás sea la adaptación de las novelas de “Pesadillas”, que por cierto, fue tan entretenida y correcta como fallida y olvidable, aunque superior a la que nos ocupa. En esta ocasión, su toque “personal” no se nota por ningún lado. Vamos, que podrían haber puesto a otro y ni nos habríamos dado cuenta.

No hay ninguna escena que destaque, y nada impresiona, incluso los efectos especiales, que son demasiado flojos para una película que ha costado la friolera de 150 millones de dólares. Eso sí, se agradece la fidelidad en los diseños de los entrañables Pokémon, pero que nadie busque más respeto que ese a la hora de adaptar el popular videojuego.

En cuanto al guion, estamos ante un auténtico desastre. Como ya digo, había infinitas posibilidades y el punto de partida daba para mucho más, pero se limitan a contarnos una historia sin humor ni gracia alguna (lo cual es un pecado en un producto familiar y de aventuras), sin misterio (no hay realmente un caso de intriga y todo es predecible, repito, todo), y que encima aburre, al no contar con nada rescatable, en una sucesión de escenas que se supone que nos deben maravillar o impresionar, pero que provocan el bostezo.

Y por cierto, es una vergüenza la pereza de los guionistas, ya que la trama se parece mucho a otra reciente película de animación de Disney (que sí que es una maravilla) y que no voy a mencionar porque sería entrar en “spoilers”, pero tela… Yo soy Disney, y me planto en los juzgados. Y el clímax también está calcado de cierta película del caballero oscuro. Ahí lo dejo.

Sin lugar a dudas, estamos ante un producto flojo y vacío, donde no hay lugar para la sorpresa o el entretenimiento, ya que este mundo ya lo hemos visitado, y se ha abordado de forma magistral en cintas muy superiores de hace treinta años (y sí, me refiero a Roger Rabbit).

Y el reparto no ayuda, precisamente, a que el resultado del conjunto sea mejor, más bien lo empeora. No sé si hay un actor con menos carisma y gracia que Justice Smith (al que también tuvimos que soportar en la olvidable Jurassic World 2), pero está claro que es un error de casting de manual, y un personaje así necesitaba alguien con chispa y que provocase empatía en el espectador. No es el caso, os lo aseguro, y mira que hay talentos jóvenes en Hollywood… Lamentable.

En cuanto a Ryan Reynolds, no puedo juzgar porque he visto la película doblada, pero creo que querían vender a este Pikachu como una especie de “Deadpool” y me parece que les ha salido rana, ya que no tiene carisma ni pizca de gracia, a no ser el diseño del mismo personaje (y con el que los espectadores menos exigentes caerán rendidos), pero poco más.

Y el resto del reparto no está mucho mejor, con unos desaprovechados Bill Nighy o Ken Watanabe a la cabeza. Quién os ha visto y quién os ve… No merecían salir en un producto tan mediocre, desde luego, y duele verlos paseando por ahí.

En conclusión, no solo no estamos ante la mejor adaptación de un videojuego (la maldición tiene pinta de no romperse nunca), sino que encima se trata de un producto flojo, olvidable, fallido, carente de garra, aburrido, sin gracia y que sigo sin entender por qué ha recibido tantos elogios. En otras ocasiones podría empatizar y decir, “oye, quizás alguien ha salido contento, aunque no sea mi caso”, pero este es un producto tan vacío y mediocre, que cabe preguntarse si hemos visto la misma película.

He sido fan de Pokémon, aunque mis expectativas no estaban por las nubes, solo pedía pasar un buen rato, y al final me he encontrado con una soberana decepción a la que no se le puede sacar casi nada positivo, como no sean los diseños de los Pokémon, pero poco más. Olvidable y nada recomendable, un intento fallido de traer algo decente sobre ese interesante mundo. Y por cierto, menudo año más flojo y plagado de decepciones estamos teniendo. Una pena.

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