En 1971 se estrenó un clásico de la época, titulado “Las noches rojas de Harlem”, protagonizada por Richard Roundtree, y con un tema principal del fallecido Issac Hayes, que es igual de popular que la película original. La secuela en África mejor la dejamos a un lado. Dicha película (la de Harlem, no la otra) supuso un icono de la blaxplotation (género enfocado al publico afroamericano), y es historia de los USA (en el resto del mundo no es tan popular, ni la película ni el personaje).

En el año 2000 se estrenó “Shaft: El regreso”, con un estupendo Samuel L. Jackson como sobrino/hijo (ver la película que nos ocupa para entender) del Shaft original (que aparecía en un par de escenas, a modo de aparición estelar). Dirigida por el recientemente fallecido John Singleton, la película fue bastante olvidada, ya que, a pesar de algunas virtudes (como el protagonista), fallaba como producto de entretenimiento, siendo tan entretenida como olvidable.

Nadie recordaba esa película (quizás un servidor, ya que mi actor favorito es Samuel y suelo ver todo lo que hace… y mira que hace películas el condenado) y nadie pedía otra entrega de la saga… bueno, quizás un servidor. Hace unos meses, me vino a la mente que estaría genial recuperar al actor en ese personaje, en otra película con un nuevo caso. Pues dicho y hecho, ya que a los pocos días (¿casualidad?) se anunció este proyecto, casi veinte años después.

La película se estrenó en USA hace un par de semanas, y no interesó a nadie, siendo un sonoro fracaso (y es que este año está siendo pésimo para las secuelas) y la crítica tampoco quedó muy contenta que digamos. Pero los productores de la película fueron unos auténticos linces, y en el resto del mundo (al menos en España) vendieron los derechos a Netflix, y es por ello que he podido visionarla semanas después de su estreno en Estados Unidos.

No es la primera vez que hacen esto con una película, y me parece un movimiento estupendo e inteligente, ya que, películas que no tienen mucho interés y huelen a fracaso en los cines o en el mercado doméstico, van a parar a Netflix, donde quizás tengan más suerte. Y ese es el caso de Shaft, ya que su público es el americano, y pocos esperaban una nueva entrega, por mucho que vuelva Sam Jackson. Aplaudo esta decisión.

Una vez dicho esto, toca comentar la película. La dirección corre a cargo de Tim Story, director, entre otras, de las dos primeras partes de “Los 4 Fantásticos” (esto…) o el remake de “Taxi” (Dios…). En fin… se ve que no había otro disponible. Aunque reconozco que soy un poco tramposo, porque tiene un par de películas que sí me gustaron (como la primera de “BarberShop” o “En qué piensan los hombres”).

La dirección de la película es correcta para un producto de este estilo, aunque se nota la falta de presupuesto, ya que ninguna escena de acción destaca demasiado, a pesar de haber algún par de tiroteos bien resueltos, pero poco más. También se agradece ese toque 90’s que se aprecia en la película, al ser una forma de dirigir más modesta. Algo es algo.

En cuanto al guion, este es totalmente políticamente incorrecto, lo cual, para un servidor, se agradece. Pero ojo, la película está plagada de comentarios racistas, homófobos y machistas, y todos escupidos por el protagonista (Shaft). No recuerdo que fuera tan pasado de rosca en la versión del año 2000, pero, obviamente, han querido remarcar la diferencia generacional entre Shaft y su hijo (moderno y políticamente correcto).

Hay momentos divertidos, y se agradece que no se tomen muy en serio a sí mismos y haya un poco de la vieja escuela, pero no es para todos los públicos o gustos, eso seguro. Podría entender que algunos espectadores se sintiesen ofendidos, por eso lo aviso.

Respecto a la trama principal, nada nuevo luce bajo el sol, y ya está vista, siendo muy predecible. Pero aquí hemos venido a pasar un buen rato de la mano de Jackson, y eso se cumple con creces.

Y hablando de Samuel L. Jackson, está (de nuevo) genial como detective chulo y deslenguado, aunque en esta ocasión más desfasado, lo cual tampoco es nada malo. Se nota que le gusta el personaje y se lo pasa en grande interpretándolo. Sin él, esto no sería lo mismo. Más papeles así para el señor Jackson, por favor.

Jessie T. Usher hace de su hijo, y la verdad es que convence como el otro protagonista (de hecho, sale más que Jackson), y tiene buena química con su padre. Lo de Richard Roundtre vuelve a ser casi un cameo (sale en la media hora final) y lo de Regina Hall como madre de Jessie T. Usher (cuando podría ser su novia) y como expareja de Shaft (cuando podría ser su hija) clama al cielo. Me gusta la actriz, y cumple perfectamente su función, pero parece que en Hollywood hay pánico a actrices más maduras que tengan sentido con las edades de sus parejas masculinas. Ahí lo dejo.

En conclusión, estamos ante un divertimiento sin pretensiones, de consumo rápido, y que será tan olvidado como la anterior del 2000, pero que cambia el tono (aquella pecaba de seria), haciéndola más gamberra y desfasada (y sin tomarse mucho en serio a sí misma), lo cual se agradece, y más en los tiempos que corren. Si te gusta el personaje o el actor principal (tiene momentos geniales), puedes darle una oportunidad, pero no esperes ninguna obra maestra. Cumple con lo que ofrece, y eso es más que (casi) cualquier película estrenada en los últimos meses.

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