Dos amigos se citan a la misma hora de siempre. El día, soleado. El código de acceso, un abrazo enorme. La tertulia, a fuerza de ser por las redes sociales habitualmente, a causa de la distancia, siempre es constructiva para estos dos amigos. Cuanto más escabroso es el tema, más productivo es intercambiar. Cuidarse de aquellas personas que eviten ciertos temas con vosotros, os harán sentir estatuas frías inertes e imberbes, impasibles al devenir de los acontecimientos. Y ante las opiniones adversas a la tuya, un punto de vista distinto enriquece, como un plato de lentejas, o un buen vaso de zumo natural. Agua mineral y aire fresco serrano.
-Tienen que sentarse a hablar. Ahora mismo, ambas partes están enfrentadas, cerradas en sus nacionalismos. ¿Qué solución esperas? ¿El ejército? No pienses en los políticos, piensa en los casi dos millones de personas que no quieren ser españoles. ¿Qué haces con ellos?
-Lo primero que haría sería crear desde Madrid un grupo de expertos que siguieran dos premisas bastantes claras: respeto a la ley y nada de manipulación. A partir de ahí, ese grupo de expertos, con finalidades pacíficas y dialogantes, tendrían que hacer un estudio sobre las causas de porqué el voto independentista resurgió. Aseguraría que todas las televisiones públicas son ecuánimes, dando ejemplo desde TVE y pidiendo lo mismo para TV3. Luego, los centros educativos. Comprobar que todo lo que se enseña es cierto. Que no se incita al odio a ningún sector y que se permite la reflexión y el pensamiento libre.
Y, acto seguido, desde el gobierno central, iniciar una campaña de amor a Cataluña. Recordar todo lo que hemos conseguido juntos: infraestructuras, AVE, autopistas, autovías, puertos, aeropuertos, los JJOO de Barcelona 92. Asegurarse que todos los ayuntamientos del Cataluña muestran las cifras reales de la inversión que el estado hace en cada uno de los municipios de Cataluña. Esto aseguraría la ecuanimidad con todos los lugares de España. Quizá ellos no saben que los trenes de Extremadura o el Campo de Gibraltar son tercermundistas. Y lo más importante de todo, crear la idea de ser una red en donde todos salimos beneficiados.
Por otra parte, dejar claro que la Constitución de 1978 permite vías hasta llegar a la independencia. Vivimos en un estado que permite partidos políticos independentistas. Y, aunque es a simple vista difícil convencer a 47 millones de españoles de la conveniencia de ser independientes, existe la posibilidad de plantearlo. Pero siempre por vías parlamentarias.
-Ya, pero no ves el fondo de la cuestión. Es un amor pasional por Cataluña lo que esos dos millones de personas tienen. Es como si estás casado y te quieres divorciar. Aunque la ley lo diga…
-No creo que ese sea un ejemplo válido. Cuando dos personas están casadas, es un contrato que afecta a esas dos personas. Como mucho a sus hijos. Pero no es algo que afecte a millones de personas. En ese caso, no es tan fácil. Y tampoco es lo mismo. Bajo mi punto de vista, es una cuestión de dinero.
-¡Qué dices! Yo tengo amigos “indepes” y estarían dispuestos a ser más pobres con tal de ser independientes.
-Yo también he conocido amigos indepes y los argumentos que me han dado siempre han sido económicos: que si pagan peajes, que si el precio del alquiler, que si a los hospitales públicos viene gente de otras CCAA. Eso antes del 1 de octubre, porque a partir de ahí ya está clara la excusa, la represión. Sin darse cuenta que desde el 1 de octubre de 2017 hasta las elecciones que hubo dos meses después, no hubo crecimiento de independentismo pero sí de los partidos constitucionalistas en Cataluña. Las cifras están ahí para quienes las quieran ver.
Yo creo que la raíz de todo fue el tirar para atrás el estatuto de autonomía de Cataluña. El nacionalismo español despertó al nacionalismo catalán.
-Eso no es cierto. Aunque el PP fue el que recogió las firmas para solicitar la revocación al Tribunal Constitucional, fue este, en última instancia, el que revocó ese estatuto por inconstitucional. Tan lícita fue esa decisión como la de confirmar la exhumación del dictador Franco. Además, mira los datos. El 28 de junio de 2010 es cuando sale la sentencia del Tribunal Constitucional. Cinco meses después hubo elecciones en Cataluña. Esquerra Republicana, el único partido que acudía al plebiscito ofreciendo referéndum de determinación, bajó el voto en un 47% casi 200.000 votos. ¿Cómo lo justificas, siendo en ese momento el principal partido independentista? ¿Por qué no hubo entonces, al menos, un repunte en el principal partido independentista?
Sin embargo, fíjate la casualidad. El 9 de septiembre de 2010, el gobierno socialista de Zapatero aprueba una Reforma Laboral que ve recortados los derechos de los funcionarios y de todo el resto de trabajadores. Era la consecuencia de una crisis mundial que estaba galopando en todas las familias de España. El 4 de enero de 2011 un joven de 26 años, Mohamed Bouazizi, debido a sus problemas económicos, se inmola a lo bonzo en Túnez. Se inicia la Primavera Árabe. En España, aparecieron grupos por internet, como “Democracia Real Ya”, que se vieron abandonados por el gobierno socialista, viendo que la alternativa que venía era el partido conservador del PP. Esto desembocó en el movimiento espontáneo (aparentemente) del 15M. Era mayo de 2011 y España se tornó de azul. El PP ganó aquellas elecciones municipales.
El 25 de noviembre de 2012 volvió a haber elecciones en Cataluña. ERC, en un discurso mucho más explícito hacia la independencia, usando como argumentos aquellos que esgrimían los movimientos sociales nacionales del 15M, consigue casi 300.000 votos más que dos años antes. CIU mantiene sus fieles, pero en los próximos meses, va viendo que el discurso independentista puede ser un buen caladero de votos en la sociedad catalana, mermada por la crisis, como así ocurría en toda España. Tres años después, en junio de 2015, se une a una coalición conjunta con ERC con el nombre “JUNTS PEL SÍ”, con una idea clara y común: la autodeterminación.
Entonces, ¿qué hizo a CIU dar ese giro repentino hacia la autodeterminación? Nos tenemos que remontar al 25 de julio de 2014, donde el President Jordi Puyol confiesa que tenía dinero negro que se vio obligado a declarar: https://www.elmundo.es/cataluna/2014/07/25/53d29132e2704eba1e8b459c.html
Pero, ¿por qué hizo esto el líder histórico de CIU, socio de gobierno de Aznar en 1996? Pues sencillamente porque habían salido a la luz con mucha fuerza los casos de corrupción del “Caso Palau” y el “3%”. Artur Mas, líder de CIU, y todo su séquito, optaron por esta huída hacia adelante, con el objetivo de pasar a ser héroes en vez de villanos en una sociedad que cada vez estaba más manipulada.
-Bueno, no creo que tanta gente esté manipulada. Yo tengo amigos independentistas que son muy inteligentes y aman a su país igual que tú puedes amar al tuyo. Tienen derecho a decidir. Lo que es una vergüenza es que no se sienten a hablar.
-Hay un Parlamento en Cataluña, en donde por cierto el partido más votado fue Ciudadanos, y ahí Torra no quiere hablar, no sé si has visto cómo son los plenos del Parlament. Y luego, en las Cortes Generales, hay diputados catalanes que tiene voz y voto. Esos son los lugares para hablar. Además, en la Navidad pasada, Pedro Sánchez y una comitiva del gobierno se desplazaron a Pedralbes y se reunieron con Torra, el president de la Generalitat. Este les sacó un pliego de condiciones innegociables. Entonces, ¿de qué hay que hablar, si ellos están enrocados y ya todo lo que hacen es de cara a la galería? Torra es tan radical que hasta ERC se está desmarcando de él. Mira cómo los CDR silbaron a Gabriel Rufián…
Están usando a la gente, y para ello se están valiendo de la televisión publica, de los centros educativos, de la Cámara de Comercio y de todos los chiringuitos que tienen montados con dinero público. Mira lo que ocurrió con ETA cuando se les cortó la financiación. Se fueron asfixiando hasta el hastío.
No puede ser que TV3, en horario de máxima audiencia, un sábado por la noche, lleve allí al señor August Gil Matamala, sin informar antes que fue el abogado defensor del grupo terrorista “Terra Lliure”, diciendo este que la única violencia que se ve en las calles de Cataluña es la de la policía. O dar voz a dos jóvenes, presuntos miembros de las masas juveniles que incendiaron Barcelona los días pasados, diciendo que el camino para la libertad es quemar contenedores y que les están haciendo un favor a los adultos que los tratan como niños y les dicen que ese no es el camino para la autodeterminación. No puede ser que una sociedad de casi dos millones de personas se pasen la vida en bucle viendo TV3, escuchando RAC1 o leyendo Nacional.cat, bloqueando en las redes sociales a todo el que piense distinto y siguiendo órdenes de personas anónimas que desde sus despacho mandan a otros a que se jueguen los ojos o los testículos. Si hasta las bromas que ven son del programa “Polonia” y referentes a la supuesta opresión del gobierno “fascista” de España.
-Esto es imparable, man…
-No lo creo, hermano. Triunfará la paz. Ojalá que lo veamos.
-Ojalá.Un fuerte abrazo despide a los dos amigos, con pensamientos diversos, pero con intenciones idénticas. La Paz en Cataluña, así como en el resto de España y del mundo.