Tenía ganas de ver este drama de Netflix, que es una nueva adaptación de la obra de Shakespeare y que nos cuenta el reinado de Enrique V, rey de Inglaterra. Una vez vista, puedo confirmar que estamos ante un complejo, denso e interesante film de época donde, aparte de destacar el espectacular reparto, también lo hacen una fabulosa dirección y un guion con las ideas muy claras.

La dirección corre a cargo de David Michôd y se nota la buena mano que hay detrás, ya que se combinan muy bien la intensidad de los diálogos con la emoción de las batallas, destacando sobre todo un espectacular plano secuencia, que quizás sea deudor de la Batalla de los Bastardos de Juego de Tronos. Y es que ambas batallas tienen muchas similitudes, pero nada que reprochar en ese aspecto.

La película luce impecable, y no me chirriarían algunas nominaciones en los próximos premios del cine, por ejemplo, en el apartado de vestuario. También me gustaría destacar la estupenda banda sonora, llena de temas brillantes y que dotan de intensidad al aire trágico de la historia.

El guion es cortesía del director de la cinta y del actor Joel Edgerton, que no tiene un pelo de tonto y se reserva para él uno de los personajes más jugosos de la película. Si bien es cierto que se podría reprochar un tono quizás demasiado frío y distante, hay diálogos que son una maravilla y los personajes están muy bien dibujados, destacando a su protagonista, Enrique V (lleno de matices), al villano interpretado por Pattinson (que es cierto que merecía más minutos en pantalla) o el de Edgerton. Lo dicho, ni un pelo de tonto.

Bien es cierto que a la película le podrían haber sobrado unos minutos, ya que supera las dos horas de duración, pero tampoco hay lugar al aburrimiento y es bastante entretenida. A destacar la crudeza y violencia del conjunto, sin reparo alguno.

Respecto al reparto, nos encontramos con una serie de actores más que conocidos y que tienen una trayectoria intachable, pero me gustaría destacar a algunos en concreto. En primer lugar tenemos a un inmenso Timothée Chalament como Enrique V, siendo un gran protagonista, comedido y visceral dependiendo del momento. Una actuación perfecta y que vuelve a poner de relieve que estamos ante uno de los actores del momento. Más que merecido.

Por otro lado, Edgerton nos ofrece una carismática actuación, también llena de matices. Me gusta mucho este actor (también director o guionista y productor, como en el caso que nos ocupa), ya que tuvo unos inicios discretos (Star Wars, por ejemplo) y ha ido evolucionando, haciéndose un hueco en Hollywood y en la meca del cine y demostrando lo buen actor que es. Impagable como mano derecha del rey.

A destacar a un sorprendente e hilarante Robert Pattinson, en un villano que roza el histrionismo pero lo controla de forma fabulosa, y demostrando que es un gran actor y que la saga Crepúsculo ya pasó a mejor vida. Una muestra más de que nos va a dar la sorpresa como futuro Batman. También mencionar a un enigmático Sean Harris.

Por lo tanto, tenemos a uno de los mejores repartos del año (de lejos) donde nadie desentona y donde todos ofrecen unas actuaciones impecables y dignas de nominación (sobre todo de su protagonista). No obstante, se hubiesen agradecido más minutos para Ben Mendelsohn (demasiado desaprovechado y fugaz) y Pattinson.

En conclusión, estamos ante un drama más que interesante y mordaz, y más si te gustan las historias sobre reyes y sus reinados, y donde destaca una dirección fascinante, un guion meditado y un reparto perfecto. Quizás no sea una de las mejores películas del año (repito, quizás), pero sí de lo mejor que nos ha llegado desde Netflix. Muy recomendable.

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