Uno de los atractivos de la Puerta del Sol era ver a gigantes Mickey Mouse o Bob Esponja hacerse fotos con los niños, o ver a un soldado de bronce en posición de ataque durante varias horas seguidas, sin moverse, o al hombre invisible. Son los famosos mimos y estatuas vivientes de la Puerta de Sol . Son parte del patrimonio de ese espacio, pero tienen los días contados.
Las nuevas medidas acordadas por el Ayuntamiento de Madrid consistirán en la disminución de las estructuras de las estatuas y obligación de los ‘mimos’ y otros disfrazados de personajes de ficción a actuar con la cara descubierta.
«No existe ninguna regulación específica sobre este tipo de actuación y estamos viendo cómo conjugar la protección de los espacios emblemáticos con los derechos de las personas»
Desde el Ayuntamiento los reconocen como cultura callejera, pero dicen que es una actividad en la que hay que poner orden “porque lleva años sin ordenarse y ha llegado el momento de regularla”.
Han justificado estas medidas con el pretexto de mejorar la seguridad de la Plaza y con la intención de evitar cualquier posible amenaza a la seguridad pública. Además pretenden regular esta actividad económica, hasta ahora fuera de los cauces legales, y la ocupación gratuita del espacio público ejercida por estos artistas callejeros.
Como dijo Rita Maestre hace unos días, “no existe ninguna regulación específica sobre este tipo de actuación y estamos viendo cómo conjugar la protección de los espacios emblemáticos con los derechos de las personas a desarrollar su actividad laboral y profesional y la ocupación del espacio público”.
Las estatuas humanas y los muñecos animados de Minnie Mouse, Peppa Pig u otros personajes de ficción que se habían hecho en los últimos años un clásico de la Puerta del Sol, pero también habían provocado ciertos roces con comerciantes de la plaza por el aprovechamiento sin el pago de tasas de espacios tan claves en la capital.
La idea, indican fuentes municipales, “es que estas personas puedan seguir realizando su actividad con mayor seguridad jurídica”, y admiten que en los últimos tiempos “se ha podido cometer algún exceso”.
Jorge García Castaño, concejal del distrito Centro, indicó que “se está empezando a trabajar para ordenar esa actividad y la de los fotógrafos minuteros, igual que lo hemos hecho con los músicos”. Señala, además, que igual se puede evaluar la posibilidad de “autorizaciones para instalaciones estables en la vía pública”.
Mientras los mimos y estatuas humanas emigran a otras plazas, como la de Oriente, el Ayuntamiento se está planteando aplicarles una legislación similar a la aplicada a los músicos callejeros de Madrid.
“El modelo a seguir es el de los músicos callejeros”, reconoce Maestre. En febrero el Gobierno municipal aprobó una nueva ley para los músicos que tocaban en la calle y que sustituía a la anterior de Ana Botella.
Lo que se ha hecho es delimitar tres áreas en el Centro -de uso terciario, de uso residencial y el Rastro- en la que pueden tocar. Además se han establecido unos horarios y un tiempo máximo en el que el músico puede estar tocando en el mismo lugar, una distancia mínima entre uno y otro, la necesidad de una autorización (válida por seis meses pero prorrogable)…