Hace un tiempo se anunció un reboot del personaje de Hellboy, después de que Guillermo del Toro nos trajese dos estupendas aventuras (y que os comenté aquí). Pues bien, una vez se confirmó que no habría tercera entrega, una nueva productora apostó por una nueva versión del personaje.

Tampoco es que hubiese altas expectativas ante este proyecto, pero sí había ganas por ver si cumplían su promesa de una propuesta violenta y gamberra, sin tapujos ni límites de ningún tipo. De momento, la película llega a España con censura y sin violencia, así que una menos que esperar (al menos en este país).

Las críticas han sido desastrosas (de momento es la peor valorada del año) y ha sido un absoluto fracaso de taquilla, ya que no logrará recuperar presupuesto (de 50 millones) ni con la taquilla mundial, lo cual es un desastre, a todas luces.

Pues bien, ya he podido visionar la película (afortunadamente sin censura), y debo decir que no es el bodrio que dicen, ni mucho menos, aunque queda muy por debajo de las dos entregas de Del Toro, y es una propuesta algo fallida, aunque con elementos positivos e interesantes.

Para empezar, esta nueva entrega se parece demasiado a las dos anteriores, hasta el punto de que cambiando un par de elementos, podría ser, perfectamente, una tercera entrega, con un peor guion, eso sí, pero cierre de trilogía, al fin y al cabo. Se nos vuelve a contar el mismo origen, pero con resultados inferiores y mucho más descafeinados (y con una peor dirección).

Y es que la dirección de Neil Marshall (director de la genial “Dog Soldiers” o de algunos de los mejores episodios de “Juego de Tronos”) no está a la altura de las circunstancias, a pesar de un par de “set pieces” más que logradas, como la de los gigantes o la de la bruja. Las comparaciones son odiosas, pero Del Toro lo ejecutó todo mucho mejor (como el citado origen del personaje).

Los efectos especiales no lucen mal, pero hay algunos momentos sonrojantes (los entes, que producen vergüenza ajena), aunque el maquillaje es espectacular (y no me sorprendería una nominación al Oscar, pero dudo que se atrevan).

Luego tenemos el guion, desenfadado y repleto de violencia, como se había prometido (al menos fuera de España), y que no se toma muy en serio a sí mismo, lo cual es de agradecer (a pesar de algunos momentos decididamente ridículos), porque nadie quiere la seriedad y falta de gracia de los cómics que adapta (y que palidecen tanto al lado de las dos anteriores entregas como de esta). El humor está ahí, pero hay algo que le falta a la película y la sentencia a ser un producto tan entretenido como fallido: alma y corazón.

Eso es algo que sí tenían las dos anteriores entregas, e incluso un romance creíble y conseguido. Aquí no se apuesta por eso, tampoco hace falta, pero no hay emoción, ni el dramatismo de algunos momentos funciona, y todo se ve con frialdad, aunque se disfrute por el camino.

En cuanto al reparto, tenemos a un excelente David Harbour (visto en “Stranger Things” y que merece más papeles jugosos), en lo que es un fichaje de diez, aunque la sombra del gran Ron Perlam es alargada, y cuesta olvidarle, pero es que realmente estamos ante el mismo personaje, con la misma mala baba, quizás un poco más irrespetuoso (sobre todo con su padre), pero con el misma carisma. Cuesta distinguirlos, ya que han apostado por el mismo modelo, y me alegro, porque el personaje en los cómics tiene la misma intensidad que un folio. Lo mejor de la película, de lejos.

Luego tenemos al gran Ian McShane como padre del protagonista, en un papel al que John Hurt supo dotar de sabiduría y ternura. Aquí han apostado por un toque más moderno, y se agradece la interpretación de ese actor (Ian), pero está algo desaprovechado y falla en su química con el protagonista, y de ahí la falta de emoción, ya que en la entrega de 2004 esta relación estaba mucho más lograda y aquí queda extraña y lejana, fallando en su propósito de enternecer o empatizar.

Milla Jovovich como villana… bien, mejor de lo esperado, pero tampoco nada del otro mundo. En cuanto al resto del reparto, todos cumplen, sin más.

En conclusión, estamos ante una nueva entrega que no es tan mediocre como dicen (tampoco me atrevería a confirmar que se trata de una buena película, ni mucho menos, aunque creo que los productores son conscientes de ello), que tiene elementos positivos (el actor protagonista, algunos momentos logrados, el humor, el maquillaje…), pero que acaba resultando algo decepcionante y no está a la altura de películas que se estrenaron hace más de quince o diez años, que se dice pronto.

Si eres fan del personaje y te gusta que una película no se tome muy en serio a sí misma, estas en el sitio indicado. Eso sí, recuerda que en el hermoso país que es España la han censurado para llegar a un público más amplio debido al fracaso en USA… Yo he tenido la suerte de verla con su violencia desatada, y es bestia a más no poder, aunque creo que en algunos momentos es demasiado gratuita, pero considero que una película se tiene que ver como ha sido concebida, y este es el caso. Ni más ni menos.

Una pena que el personaje jamás vaya a volver a pisar una sala de cine, ya que el fracaso ha sido mayúsculo, y no tendremos la prometida secuela como se sugiere al final de esta película. La verdad es que, aunque estemos ante un film menor, tenía curiosidad por ver qué hacían en la siguiente entrega. Hasta siempre Hellboy.

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