La nueva película de Netflix se ha presentado como un intenso drama y thriller protagonizado por Chris Evans y con un gran reparto. Sinceramente, mi único motivo para animarme a su visionado ha sido la presencia del Capitán Ámerica, ni más ni menos.

Inspirada en hechos reales (lo cual ya dispara las alarmas, porque es menos que basada, y suele traer peores resultados), la crítica no ha sido nada benévola con ella y la han machacado sin piedad y, sinceramente, no me extraña, ya que estamos ante un thriller del montón, aburrido y demasiado largo, que no aporta nada al panorama cinematográfico.

Y es que Netflix se está mal acostumbrando a recoger productos de sobremesa, indignos del estreno en salas, pero que perjudica a la calidad de su oferta y hace que la plataforma tenga la mala fama que ya atesora. Lo de por qué Chris Evans ha decidido protagonizar un producto tan olvidable, es algo que se me escapa. Pero vayamos por partes, como siempre.

La dirección tiene algún momento logrado, como el inicio o la parte del reclutamiento, donde se intenta introducir algo de ligereza al conjunto. No obstante, la película dura unas excesivas más de dos horas, injustificadas, ya que en una hora y media se podría haber contado la misma historia. Nada destacable este apartado.

Luego está el guion, que pretende ser una suerte de “Argo”, “Hotel Rwanda” o “Munich”, y se queda en tierra de nadie, ya que no tiene ni el dramatismo ni la emoción de ninguna de las películas mencionadas, más bien es una tv-movie del montón, que se olvida a los segundos de haber finalizado su visionado.

Por otro lado, hay demasiados personajes, es predecible y no hay interés en nada de lo que sucede en ella, impidiendo que el espectador conecte con la trama y se implique en ella, por mucho que esa sea la pretensión del film.

Luego tenemos el reparto. Chris Evans está convincente como protagonista, pero no es su mejor interpretación, y es una pena verlo en un producto de estas características, porque es un excelente actor que merece proyectos mejores. Supongo que le habrán ofrecido un buen cheque para ser el reclamo de este rutinario drama. Yo he picado.

En cuanto al resto del reparto, está plagado de intérpretes conocidos e interesantes, todos ellos desaprovechados en pequeños e insulsos papeles. Hacen lo que pueden con lo que se les ha dado, ni más ni menos.

En conclusión, estamos ante otra película menor del catálogo de Netflix, tan olvidable como prescindible, y que no deja en buen lugar a la plataforma. La verdad es que no sé si tiene sentido que por diez películas estrenadas al mes, una sea buena y el resto prescindibles. Pero esa es otra historia.

Respecto a la que nos ocupa, quizás no sea un bodrio, pero hay cosas mucho mejores que ver y no se la recomendaría a nadie, desde luego. Chris, tú vales más… mucho más.

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