Se sabe que las granjas eólicas y solares tienen efectos locales sobre el calor, la humedad y otros factores que pueden modificar el clima de las regiones en las que están situados. Un nuevo estudio de modelación climática concluye que una instalación eólica y solar masiva en el desierto del Sahara aumentaría la temperatura local, la precipitación y la vegetación. En general, informan los investigadores, los efectos probablemente beneficiarían a la región.

El estudio, publicado en la revista Science, asegura que la generación de energía gracias a los parques eólicos y solares podría reducir las emisiones de carbono y mitigar así el cambio climático antropogénico.

¿Pero es este su único beneficio?

El autor principal del estudio, Yan Li, y sus colegas, realizaron experimentos utilizando un modelo climático para mostrar que la colocación de instalaciones de generación de energía eólica y solar a gran escala en el Sahara podría causar más lluvias locales. Este efecto podría aumentar la cobertura de la vegetación, creando una retroalimentación positiva que aumentaría aún más la lluvia.

El estudio se centró en el Sahara por varias razones, apunta Li: “Lo elegimos porque es el desierto más grande del mundo, está escasamente habitado, es muy sensible a los cambios, y está en África y cerca de Europa y el Medio Oriente, todos los cuales tienen grandes y crecientes demandas de energía”.

Las granjas eólicas y solares simuladas en el estudio cubrirían más de 9 millones de kilómetros cuadrados y generarían, en promedio, alrededor de 3 teravatios y 79 teravatios de potencia eléctrica, respectivamente.

Para que os hagáis una idea, solo en 2017 la demanda de energía global fue de solo 18 teravatios, por lo que obviamente se necesita mucha más energía de la que se necesita actualmente en todo el mundo.

El modelo reveló que los parques eólicos causaron un calentamiento regional de la temperatura del aire cercano a la superficie, con mayores cambios en las temperaturas mínimas que las temperaturas máximas.

Lo mismo ocurre con las granjas solares que han tenido un efecto positivo similar en la temperatura y la precipitación.

La conclusión extraída por el equipo es que el aumento de la lluvia y la vegetación, combinado con electricidad limpia (energía solar y eólica), podría ayudar a la agricultura, el desarrollo económico y el bienestar social en el Sahara, Sahel, Medio Oriente y otras regiones cercanas.

 

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