Han pasado algo más de dos meses desde el 21 de Mayo de 2019, fecha del fallecimiento del mítico corredor de Fórmula 1, el austríaco Andreas Nikolaus Lauda, más conocido como  Nikki Lauda. Se fue uno de los rostros más emblemáticos de la leyenda de la Fórmula-1, que hizo famoso el deporte de los monoplazas. Tres veces campeón del mundo en 1975, 1977 y 1984 y subcampeón en 1976, año en el cual sufrió un terrible accidente en el Gran Premio de Alemania, que le produjo gravísimas quemaduras que le dejaron secuelas hasta el final de su vida. De muy pocos pilotos se han rodado películas, pero el personaje y el guión frenético que dejó en su trayectoria Lauda hacen que él lo mereciera. Quiero, entonces, para hacer un modesto homenaje a su memoria, recordar la excelente película de Ron Howard, que trata sobre la vida del Lauda y la rivalidad que en los setenta mantuvo con el británico James Hunt.

En este trabajo biográfico, Howard ha conseguido que las carreras suenen reales en la dura realidad de los circuitos de aquellos entonces. Y lo consigue sin tener que recurrir a elementos hollywoodienses artificiales. Cuenta con un guión bien escrito por Peter Morgan, que narra de forma fidedigna la vida de Lauda; un guión profundo por momentos, para confeccionar un drama enérgico y eficaz. Más aún en aquella época, cuando el ímpetu y la presión a todo nivel, el sufrimiento en cada carrera, hacían que casi cada temporada muriera un piloto.

Póster de la película Rush (2013)

Excelente música de Hans Zimmer y una vertiginosa y atractiva fotografía de Anthony Dod Mantle con textura de los años ‘70, que se muestra deslumbrante sobre todo en la parte final del metraje. Cuidada puesta en escena y dirección artística, son ingredientes añadidos a este interesante film.

Esta película consigue ofrecer una imagen fiel de la vida y la carrera de este piloto icono. Es una obra que puede interesar, no sólo al público aficionado a la Fórmula-1, sino a todo tipo de espectadores, pues narra el ejemplar estilo de vida de este gran deportista y sus valores que eran muchos. Cuenta con estilo y verismo la rivalidad de Lauda con su oponente Hunt. La caracterización es muy buena, siendo que incluso ambos se parecen a los personajes reales. En lo caracterológico, Lauda es un hombre concienzudo, trabajador, serio y racional; mientras, James Hunt, es un personaje mujeriego, bebedor, juerguista y alocado, el anverso de Lauda. Hay interesantes diálogos entre el parco Lauda (extraordinario trabajo de Brühl), y el tipo ligero y vividor que fue James Hunt (bien por Hemsworth), diálogos que reflejan los dos polos opuestos que quedan perfectamente dibujados en frases de la película como cuando entre ellos se dicen:

– James Hunt: “¿De qué sirve el éxito si no puedes disfrutarlo?”;

– Niki Lauda: “La felicidad es el enemigo, te debilita”.

El reparto es muy bueno con interpretaciones brillantes de los principales protagonistas. Daniel Brül va como anillo al dedo en su rol de Lauda y físicamente se parece mucho a él. Chris Hemsworth se luce en su interpretación del cabeza-loca Hunt.

Es una cinta que pone de relieve cómo en aquellos años setenta se ponía en riesgo la vida de los pilotos, enfrentándose a la muerte constantemente por la mala organización y el precario estado de los circuitos. Además, los coches no tenían muchas medidas de seguridad. La cinta aborda la rivalidad en el deporte de alta competición, que es otro de los fundamentos de la consecución de objetivos de excelencia. Sin embargo, entre Nikki y Hunt siempre hubo amistad y afecto. Lauda, en 2017, en una entrevista,  recordó con mucha emoción a Hunt (ya fallecido). “Conocía a James de la Fórmula-3 europea. Estábamos siguiendo más o menos el mismo camino para intentar llegar a la F-1. Nuestra relación era muy buena. Cuando me ganó el campeonato de 1976 por un punto, le dije que ‘estaba contento de que el campeón fuera él y no otro'”.

https://www.youtube.com/watch?v=lzNbGH1oZJc

Sin ser una película de bandera ni una obra rompedora, Rush es sin duda un buen trabajo de Howard que se ve gusto y con atención. Una producción ‘mainstream’ hecha con gran oficio, un trabajo importante de montaje, visualmente bonita y espectacular en las escenas de acción, pero sin estridencias. Más que para adeptos a la velocidad es una película humana que emociona, lo cual viene muy bien para tener, a través de ella, un entrañable recuerdo a este hombre que hizo historia como piloto y como persona. Un caballero en muchos aspectos. Como ha declarado su familia hoy tras su deceso: “Sus logros únicos como deportista y como empresario son y serán siempre inolvidables. Su dinamismo inagotable, su rectitud y su valentía serán un modelo y una referencia para todos nosotros”.

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