Los pasados día siete y ocho de mayo el legendario compositor italiano hizo parada en la ciudad de Madrid y anteriormente en Bilbao, en la que es su gira de despedida después de más de sesenta años componiendo música.

El concierto al que pude asistir fue el del día ocho, las entradas estaban agotadas hacía ya mucho tiempo. El Wizink, quizás no era el lugar más idóneo para la acústica que necesitaba una orquestra de semejante envergadura, ya que en total eran más de doscientas personas encima del escenario (entre coro y músicos).

El concierto del legendario compositor estuvo dividido en varios bloques y para empezar nada mejor que hacerlo con el tema de los Intocables de Eliot Ness. Se trataba de un tema para empezar a introducir al público en su mundo musical.

A partir de allí fueron apareciendo varias de sus creaciones más importantes cómo la de “Los Odiosos ocho”, que es el único Oscar del compositor y las de la película Átame.

Pero si hubo un momento que arrancó los aplausos del público fue sin duda cuando se interpretó la pieza “Ostinato Ricercar Per Un Immagine”, se trata de una pieza dónde encontramos ligeras notas del tema “Deborah’s theme” de la película “Once upon a time in America”.

En esta parte del concierto el compositor, le dedicó una parte importante a su trabajo a su colaboraciones con Sergio Leone y como no podía ser de otra manera, todo ello desembocó en el Ectasy of Gold, que llevó al cierre de la primera parte del concierto.

En la segunda parte, encontramos composiciones no tan conocidas, pero que venían a demostrar que el compositor se ha adaptado a todo tipo de armonías musicales y es con la aparición de la cantante Dulce Pontes, dónde nos introduce en el denominado “cine social”.

Pero el plato fuerte de la noche llegó cómo no podía ser de otra manera con la banda sonora de “La Misión”, dónde logró llevar al público hacía el punto más álgido de la noche.

Pero el público esperaba más y como no podía ser de otra manera, llegaron los bises y es aquí dónde, muchos esperábamos más y es que lo único que “regalo” fue Cinema Paradiso y es que sus dos bises fueron repeticiones a cargo de su soprano: Susanna Rigacci y de Dulce Pontes, de temas que ya habíamos oído anteriormente.

Dos horas de pura magia, con algún que otro problema de sonido, pero nada desdeñable y que sin ninguna duda, nos servirá para recordar la magia de estas piezas, hasta el último de nuestros días.

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