Sepan ustedes que pienso que el Sr. Sánchez está en fase críptica; no se le entiende bien, parece que no sabe lo que hace. Afortunadamente, al socialismo le pasa lo mismo que a la física: porque socialismo es, todo aquello que hacen los socialistas. Como física es, todo aquello que hacen los físicos.

El resto de los humanos, no entendemos nada; ni de física ni de socialismo y por eso permanecemos absortos siendo testigos de los acontecimientos que nos rodean; los cuánticos y los políticos entre otros.

Por tanto, socialismo es evacuar al dictador de su tumba con aspavientos y retransmitir al mundo la grandiosa gesta patriótica interrumpiendo el descanso eterno del guerrero enano y muerto, porque si estuviera vivo, aun siendo bajito,  no habría en España nadie con los cojones necesarios para liderar tal empresa.

Es socialismo, porque se ha hecho con carácter urgente, no había otra medida mas necesaria a puertas de las elecciones provocadas por el mismísimo jefe después de derrochar voluntad de “pactismo y dialoguismo” por doquier, llegando incluso a intentar pactar con sordomudos desconocedores del lenguaje de los signos, misión imposible creo para todos menos para Sánchez.

Es socialismo porque ha sido ordenado por Pedro, jefe máximo del socialismo social después de un concienzudo análisis de lo que más convenía a nuestra Patria. Porque se ha hecho por nuestro bien, porque era necesario en el ranking de prioridades inexcusables que ningún político con dignidad y sentido de estado,  podría desatender.

Es socialismo porque exhumar al antiguo Jefe del Estado, me extraña que lo sigan llamando así y no lo nombren solo como dictador, como el único dictador que ha existido,  es un hecho histórico. Esto último no lo entiendo, dudo que  afecte en algo a nuestro futuro semejante acción pero la matraca que están dando en este sentido, no para y empieza a provocar sordera hasta a los sordomudos a los que antes me referí.

Si algo ha sido este acontecimiento es innovador y novedoso; nunca antes se hizo y puede ser también que infiera en  los hacedores el sentimiento de importancia que les hace confundir  lo infrecuente y volátil  con lo decisivo y necesario. Será seguro, la justificación de  la absoluta falta de lucha  contra el franquismo que el PSOE sostuvo mientras vivió el gallego poderoso. Además, ha servido para aliviarnos de las noticias de la crisis catalana que ha superado cualquier expectativa de confort, en eso, Franco y Sánchez nos han echado una mano. Gracias, muchas gracias a los dos.

No se aflijan, nuestra historia, conocerá  desde hoy, que el socialismo español, determinó  la victoria contra el franquismo, una vez muerto y enterrado que era más seguro y lo hizo, con elevados niveles de valentía, audacia y gran riesgo democrático, como no podía ser de otra forma ante tesitura tan peligrosa.

El gobierno español en funciones, se ennoblece al transformarse meritoriamente en el gobierno español en defunciones y en todo aquello que termine en “Ones”:  ambiciones, Jones y cojones.

Anoche soñé, que en el momento de la exhumación, al apartar las pesadas losas de mármol y abrir el féretro, no estaba Franco. La familia gritó emocionada “ha resucitado” y la Notaria mayor del reino llamó nerviosa al presidente para contarle el fiasco mientras este, contestó balbuceante; “ni esto me dejan terminar” y  pensó raudo, con la improvisación que le caracteriza, en otros motivos veraces para ser votado por la ciudadanía. La exhumación de Franco era la oportunidad de obtener el voto que se basa en sueños, tripas de estomago y corazón; sin esta opción, si Franco no estaba, si había desaparecido o revivido o incluso nunca murió,  dada la escasez de Utopías creíbles por la izquierda que pudieran aglutinar al socialismo social, habría que buscar otras misiones que lo consiguieran; desenterrar a los Reyes Católicos o al mismísimo Mío Cid, y si no es posible, siempre se podría exhumar a los amantes de Teruel; tonta ella y tonto el, perdonen por la rima.Estos podían ser buenos sucedáneos, pensó Pedro mientras colgaba a su ministra diciendo: “menuda putada”.El sol ascendió  en el  valle de Cuelgamuros, mientras que el helicóptero Pancer, rastreaba la montaña y los Cuerpos de Legionarios , Policía Nacional y Guardia Civil buscaban al Franco perdido con ahínco profesional militar.Los mossos de escuadra se habían postulado para tal odisea prestados por Torra mientras que a la vez llamaba a Puigdemont diciéndole que salía con carácter urgente desde el Aeropuerto del Prat para visitarle y quedarse unos días con el y no estar en España en los momentos que parecía que Franco había vuelto. Cuando lo intentó, un nutrido grupo de manifestante le impidió la entrada a el aeródromo mientras el golpista gritaba al viento envuelto en una estelada: “jo sóc el president de la Generalitat”.

Una pareja de Guardias Civiles iban hablando mientras buscaban al Caudillo por el bosque;

-¿Y si lo encontramos hay que detenerlo?

– Creo que hay que cuadrarse y saludar en plan militar…

– Pero ¿ Y si es un espectro…?

– Si es un espectro salimos corriendo y no hemos visto nada…

-Y si está vivo de verdad ¿hacemos lo mismo?

– Corremos todavía más compañero…

Sin embargo, esto no pasó, siento defraudarles. Solo fue un sueño de mi subconsciente incontrolable. Franco fue sacado de su penúltimo lecho, ahí estaba y continuaba muerto. Sánchez cumplió su palabra, hizo por fin historia con mayúsculas. La verdad es que si lo piensan bien, lo que subyace tras todos estos hechos es algo verdaderamente sencillo de entender; la renuncia  de Sánchez a mejorar el futuro, le obliga a  revolver el pasado, donde se encuentra más  cómodo. Que nefasto es cuando un gobernante, se ocupa del pasado y  abusa de la historia porque nada tiene que ofrecer al presente. El Sr. Sánchez ha olvidado que para “hacer historia” hay que cambiar el presente en temas que terminen afectando al futuro y esta por ver que cambiar a muertos de sitio, tenga este efecto.

Estarán de acuerdo conmigo, que Pedro Sánchez no ha hecho  nunca referencia ni a González ni a Zapatero, ni a Marx ni a Lenin. No los necesita, está escribiendo su única y especial visión del progresismo progresista. Lleno de gestos, poses, palabras y tonos vocales; luces, micrófonos y focos buscando crear y recrear su personal e intransferible versión de la izquierda, de la única izquierda posible y justa en la que la farándula y el espectáculo del desentierro de muertos históricos, le parecerá seguro una hazaña bélica y épica digna de ser contada a sus nietos y a los nuestros. Digna de ser escrita en  los futuros libros de texto. Conseguir de esta forma también, que vuelvan a casa, como en navidad, los votos de los nuevos antifranquistas que nunca lo fueron, de los nacidos con Franco muerto y que ahora manifiestan tanta valentía encima de los nichos de los comunistas que si se enfrentaron de verdad al franquismo, muchos murieron y otros, supieron pactar y hermanarse con todos durante la transición ejemplar de una España que hoy no reconozco.

En fin, si después de 17 meses de gobernación progresista, se considera por ellos mismos que el único hecho digno de mención ha sido la exhumación de Franco, es como un poco triste y sobre todo; inútil.

¿Se imaginan a Pedro saliendo en el telediario desde la Moncloa en un comunicado oficial diciendo?;

“Españoles, Franco ha resucitado”

Yo si me lo imagino y después de la noticia, seguiría pidiéndonos el voto diciendo con voz grave que en su juventud, acudió a los campamentos de la OJE y que eso le da un profundo conocimiento de las Leyes Fundamentales del Estado.

 

 

 

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