La Semana Internacional de Cine de Valladolid (SEMINCI) concluyó este pasado fin de semana su 64 edición tras ocho días de proyecciones, ruedas de prensa, coloquios y demás actividades en torno al cine.
El jurado internacional, presidido por la veterana cineasta Josefina Molina, otorgó el máximo galardón del certamen, la Espiga de oro, a la película Öndög (cuyo título español será El huevo del dinosaurio), procedente de una cinematografía, la mongola, casi insólita ya no solo en las pantallas comerciales sino incluso difícil de encontrar en las programaciones festivaleras habituales. Se trata de una obra muy destacable a nivel visual (suma a sus reconocimientos también el premio a la mejor fotografía) pero con la que personalmente tengo mis reparos en su faceta narrativa, más discutible. No es un premio escandaloso, en cualquier caso, por sus valores estéticos y artísticos.
La Espiga de plata ha recaído en la estupenda película brasileña La vida invisible de Euridice Gusmão, mi favorita personal de entre las películas proyectadas en competición, y que narra la historia de dos muy bien avenidas hermanas, separadas durante años por sus circunstancias familiares y sociales en el Brasil de los años 50. Sus dos protagonistas comparten ex-aequo, por su destacado trabajo, el premio a la mejor interpretación femenina.
El premio de interpretación masculina recae en el georgiano Levan Gelbakhiani, por su buen trabajo en la más que interesante producción sueca And then we danced, una de las más destacadas obras en el concurso. La película, que retrata las vicisitudes de un joven bailarín en la Compañía Nacional de Danza de Georgia, es la enviada por el país nórdico a los Oscars, aunque representaría con mayor coherencia a la ex república soviética en la que está ambientada.
No se quedan sin mención en el palmarés dos de las obras que , por el prestigio de sus autores, despertaban un mayor interés previamente al festival: Runnar Eumnarson obtiene el premio al mejor director por Echo, interesante -aunque inevitablemente irregular- fresco de microrelatos navideños islandeses; y los hermanos Dardenne son los receptores del premio al mejor guion con El joven Ahmed, obra también premiada en Cannes y que muestra el proceso de radicalización islamista de un niño por la perniciosa influencia de un imán cercano a su familia.
Otras obras destacables
Al margen de las películas que han conseguido estar presentes en el palmarés, otros títulos de interés se han presentado en la Sección oficial. Es el caso de la marroquí Adam, que muestra, como tantas películas del mundo árabe, la situación de la mujer en esas sociedades, contando el encuentro de dos de ellas y su progresiva empatía.
Asimismo, la española El plan supone una de las sorpresas inesperadas a priori de la presente edición, al descolocar al espectador en su argumento, deriva y conclusión, pues consigue pasar de ser una divertida comedia inofensiva, incluso frivolona a ratos, a una cosa bien diferente, que congela la risa del espectador en su reflexión social.
Por contra, una de las decepciones de la recién clausurada edición ha llegado de uno de los cineastas favoritos del festival, el serbio Giran Paskaljevic, ganador de hasta tres Espigas de oro y que ha competido o mostrado su obra en siete ocasiones en Valladolid. A pesar de la niebla, que ha producido bajo bandera italiana, es un torpe y buenista relato en torno al drama de los refugiados.
Otras secciones
En la sección paralela del festival, denominada Punto de encuentro, han destacado obras como la eslovaca Let there be light, que reflexiona sobre el miedo y la intolerancia en la Europa actual, la tunecina A son, estimable drama familiar desencadenado a partir de un tiroteo, o la checa A kind of silence, que con estilo claramente hanekiano, muestra una distópica sociedad que busca y consigue la inquietud permanente del espectador.
Palmarés de la 64 Seminci:
Espiga de Oro: Öndög (El huevo del dinosaurio), de Wang Quan’an (Mongolia)
Espiga de Plata: La vida invisible de Eurídice Gusmão, de Karim Aïnouz (Brasil)
Mejor director: Rúnar Rúnarsson por Echo (Islandia)
Premio ‘Pilar Miró’ al Mejor Nuevo Director: Mouina Meddour por Papicha (Argelia)
Mejor actriz: Julia Stockler y Carol Duarte por La vida invisible de Eurídice Gusmão (Brasil)
Mejor actor: Levan Gelbakhiani por And Then We Danced (Suecia/Georgia)
Premio ‘Miguel Delibes’ al Mejor Guion: El joven Ahmed (Bélgica)
Premio ‘José Salcedo’ al Mejor Montaje: El joven Ahmed (Bélgica)
Mejor fotografía: Öndög – El huevo del dinosaurio (Mongolia)
Premio FIPRESCI: La vida invisible de Eurídice Gusmão, de Karim Aïnouz (Brasil)
Premio del Público: Papicha, de Mouina Meddour (Argelia)