Cuando hablamos de cine de acción, los que nacimos en el siglo pasado nos vienen a la cabeza nombres como Arnold Schwarzenegger, Sylvester Stallone, Bruce Willis o Chuck Norris. Todas las épocas tienen sus propios héroes, y en la que nos encontramos han cogido el relevo del género actores como Keanu Reeves, Mark Wahlberg, Dwayne Johnson y ahora también, y por méritos propios, Chris Hemsworth. Por si a alguien no le parecía suficiente con su papel de Thor en las películas de Marvel, le invito a que se asome a Extraction a echar un ojo.

El filme de Sam Hargrave ha entrado con fuerza en las taquillas de Netflix. Si bien es cierto que la plataforma se ha beneficiado del obligatorio confinamiento de la población con un incremento exponencial del número de suscriptores, ha tenido la decencia de no completar su catálogo con bodrios infumables o basura de relleno (al menos, no en un alto porcentaje), y hemos podido disfrutar de unos estrenos de cierta calidad. Hogar (2020), El Hoyo (2019) o Loving Vincent (2017) son claros ejemplos a los que se le suma Extraction: quizás una de las más vistosas y entretenidas cintas de acción que puedas encontrar navegando por la filmoteca de Netflix.

Basado (que no adaptado) en un cómic del mismo nombre, los hermanos Russo (Anthony Russo, Joe Russo) vuelven a repetir la fórmula del éxito que obtuvieron como directores de Capitán América: El Soldado de Invierno (2014), Capitán América: Civil War (2016), Vengadores: Infinity War (2018) y Vengadores: Endgame (2019). Estamos por tanto ante un par de tipos que saben lo que hacen. Esta vez se esconden bajo la producción y el guion, pero la marca de la casa está presente en cada uno de los fotogramas de la cinta. Además, han elegido a Sam Hargrave, director debutante que fuera coordinador acrobático y doble de acción en sus películas.

La historia es tan simple como sigue: un mercenario (Chris Hemsworth), con los típicos traumas de su pasado como exmilitar, es contratado para rescatar al hijo de un capo de la mafia india, secuestrado por sus rivales tailandeses. Y ya está, así de sencillo. Partiendo de esta premisa, el filme se desarrolla en base a los elementos típicos del género: tiroteos, combates cuerpo a cuerpo, persecuciones (una de ellas destaca notablemente) y, en fin, parafernalia varia que hará las delicias de cualquier aficionado. Porque no se trata de una película de acción del montón: cada escena está perfectamente coreografiada y ejecutada, con un sentido del espectáculo que consigue enganchar a pesar de lo plano de la historia y la poca profundidad de los personajes.

Vistosa pero poco realista, ya que el realismo está en contradicción directa con el espectáculo. Los “malos” tienen la misma o peor puntería que un “trooper” de Star Wars, porque lo que cuenta es cargarse al mayor número de gente posible, y a fe que Tyler (Hemsworth) parece intentar competir con el mismísimo John Wick, porque factura a unos cuantos morenos desaprensivos entre dolorosos y neuróticos recuerdos de su pasado.

A nivel actoral, no hay mucho donde pinchar, ya que las exigencias son para los FX y para el montaje. Los registros de Hemsworth son los adecuados para un personaje con las mismas expresiones faciales de una piedra, lo cual no supone mucho esfuerzo para el Dios del Trueno. Respecto al resto del elenco, es difícil recordar algo destacable una vez que finalizan los créditos, salvo quizás a Rudhraksh Jaiswal: un joven actor indio que pone la nota “dramática” con la que ablanda un tanto la rudeza de la piedra.

En definitiva, Extraction (o Tyler Rake, como gusten) es un recomendable entretenimiento tanto para los degustadores de platos tradicionales como para los que prefieren la “nouvelle cuisine”.

Tráiler

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